"CONCEDE EL DON DE LA PAZ A UCRANIA", EL PEDIDO DEL PAPA FRANCISCO A LA VÍRGEN DE POMPEYA
CIUDAD DEL VATICANO (8 Mayo 2023).- En un tuit de la cuenta @Pontifex, Francisco se hizo eco de las palabras de ayer en el Regina Caeli, implorando a la Virgen María que ponga fin a la guerra en Europa del Este en el día de la Súplica en el Santuario de Campania, donde el cardenal Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, celebró la misa concluida con la oración mariana.
La génesis de la guerra
El presidente de los obispos italianos habló a continuación de la "incubación de la guerra". En la raíz de todo conflicto está entonces "la resignación ante los problemas", como los "terribles intereses económicos" que llevan a los hombres "a destruirse a sí mismos". En este contexto, "la súplica expresa la espera de toda la creación que sufre y clama por la paz", y es "estando con María" como "comprendemos la guerra". "María -continuó- es la primera que bajo la cruz suplica por la resurrección de la paz, de la curación, de la luz que vence a las tinieblas, de la vida que triunfa en su duelo contra la muerte".
El cristiano en la historia
A continuación, el prelado citó la encíclica Pacem in Terris, de la que este año se cumple el 60º aniversario, afirmando que las palabras escritas por Juan XXIII son hoy "nuestra oración", a partir de la petición de que alejemos "del corazón de los hombres lo que puede poner en peligro la paz y los transformemos en testigos de la verdad, de la justicia y del amor fraterno". Zuppi reiteró cómo los cristianos están llamados a ser protagonistas de su tiempo, porque "el cristiano no es un hombre fuera de la historia". De hecho, en un mundo olvidadizo y volátil, que huye de la responsabilidad y no tiene visión, el cristiano -dijo- entra en los pliegues de la vida verdadera, desciende a los problemas para buscar allí la presencia del Señor".
No aceptemos la lógica de no hacer nada
De ahí procede el estímulo a comprometerse, como individuos y en sociedad, para construir un futuro de paz. "¡Nada es imposible para los que creen! No aceptemos -pidió el cardenal- la lógica del no hacer nada, que nos lleva a quedarnos mirando al cielo. Sigamos a María, la humilde que realiza las cosas más grandes. Ella suplica por los que rechazan el mal, por los que no se acostumbran al dolor, por los que quieren la curación y la paz. La súplica nos impulsa a ser hacedores, artesanos de paz. Esta casa de oración y caridad, esta ciudad de paz viene en nuestra ayuda". La oración desempeña un papel fundamental en esta misión. "Nos ayuda el Santo Rosario, oración para todos, insistente, que nos hace vivir los misterios de Cristo en compañía de su madre y de la Iglesia. Nada -repitió- es imposible para quien cree".
Por ANDREA DE ANGELIS/Vatican News
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