FALLA COREA EL NORTE EN EL LANZAMIENTO DE SU PRIMER SATÉLITE ESPÍA
PIONYANG, Corea del Norte (30 Mayo 2023).- Eran las 6.32 de la mañana cuando una "Alerta Presidencial", un mensaje de texto enviado desde la oficina del Gobierno central, sonó en los móviles de muchos de los casi 10 millones de residentes de Seúl. El mensaje advertía a los ciudadanos que se prepararan para una posible evacuación porque Corea del Norte había lanzado un "proyectil espacial" hacia Corea del Sur.
Las sirenas antiaéreas también sonaron en Seúl. Y
hasta en la prefectura japonesa de Okinawa, donde los vecinos además recibieron
en sus móviles otra alerta de evacuación por el misil de Pyongyang. Fue un
despertar tortuoso y caótico. Pero la alarma duró poco.
Poco más de 10 minutos después del aviso, las
autoridades surcoreanas y las japonesas anunciaron que se había tratado de una
falsa alarma, que el misil norcoreano no iba a caer encima de Seúl ni de
Okinawa. Pero sí que era cierto que el régimen de Kim Jong-un había realizado
un nuevo lanzamiento, diferente a los que acostumbra con las continuas pruebas
de misiles balísticos.
Esta vez, como ya se había anunciado anteriormente,
Pyongyang disparó su primer satélite espía acoplado a un cohete. En palabras de
la agencia oficial de noticias KCNA: "Es el primer satélite militar de
reconocimiento para impulsar el seguimiento de las actividades de Estados
Unidos". Un nuevo juguete militar para Kim, que buscaba mejorar la
capacidad de vigilancia del régimen, así como su capacidad para atacar
objetivos en caso de guerra.
Las democracias aliadas han advertido que el lanzamiento de un satélite espía por parte de Corea del Norte es una violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU
Sin embargo, según reconoció la propia Corea del Norte
tras el lanzamiento, el plan de Kim no funcionó. El cohete que portaba el
satélite se estrelló en el mar Amarillo después de un fallo durante el
encendido del motor, que era la segunda fase tras el desacoplamiento. KCNA
anunció que se investigará lo ocurrido y que pronto se realizará un segundo
lanzamiento.
"Pyongyang tendrá los medios capaces de recopilar
información sobre los actos militares del enemigo en tiempo real", dijo
esta semana Ri Pyong Chol, vicepresidente de la Comisión Militar Central del
gobernante Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, quien denunció que
los ejercicios militares conjuntos en curso de Estados Unidos y Corea del Sur
muestran abiertamente una "ambición temeraria de agresión".
Las armadas de Washington y Seúl han acelerado de la
mano sus maniobras en la región, incluso con ejercicios de fuego real como
respuesta a las continuas ráfagas de misiles que lleva desde el año pasado
probando Pyongyang, incluido un nuevo misil balístico intercontinental de
combustible sólido que dispararon el mes pasado. "Consideraremos las
amenazas presentes y pondremos en práctica de manera más exhaustiva las
actividades para fortalecer los elementos de disuasión de guerra prácticos e
integrales", continuó el norcoreano Ri.
Un día antes de sacar a pasear al satélite espía,
Corea del Norte advirtió a la guardia costera de Japón de que el lanzamiento
"podría afectar" las aguas del Mar Amarillo, el Mar de China Oriental
y el este de la isla Luzón de Filipinas. Desde Tokio, el ministro de Defensa
afirmó que su ejército derribaría el satélite si entraba en territorio japonés.
Las democracias aliadas han advertido que el
lanzamiento de un satélite espía por parte de Corea del Norte es una violación
de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que prohíben que el país
pueda usar tecnología balística porque se considera una tapadera para las
pruebas de misiles.
Desde Washington apuntaban a que este año Pyongyang
ejecutaría además su séptima prueba nuclear, la primera desde 2017. En marzo,
el ejército norcoreano realizó ejercicios de simulación de ataque nuclear
táctico con un misil balístico que, equipado con una ojiva nuclear simulada,
voló 800 kilómetros antes de alcanzar un objetivo. Kim, quien supervisó también
esa prueba, dijo que los ejercicios mejoraron la "capacidad de guerra
real" de las fuerzas armadas y destacó la necesidad de que sus tropas se
prepararan para cualquier "contraataque nuclear inmediato y
abrumador".
Por LUCAS DE LA CAL/El País
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