INICIO DE LA DEMENCIA, AUNQUE NO SEA FÁCIL DE CREER VA DE LA MANO CON LA FUERZA FÍSICA

 

A medida que envejecemos damos por hecho que nuestra capacidad muscular se irá deteriorando, dificultando movimientos como levantarse, sentarse o caminar. Esto da paso al serio trastorno reconocido como demencia.

Ha quedado demostrado que estar físicamente activo durante muchos años ayuda a tener una salud mental óptima y capacidad cerebral muy funcional, puesto que sirve de gran apoyo para mantener firme la memoria y la agudeza mental.

Una investigación centrada en el tema, llevada a cabo por el equipo de la Universidad Edith Cowan (ECU), dejó en evidencia que tal deterioro de la memoria podría ser un indicativo de demencia. No obstante, junto a equipos de investigación del Instituto de Investigación de Nutrición e Innovación en Salud laboraron con datos del estudio Longitudinal de Perth, precisamente sobre el Envejecimiento en Mujeres, que destaca la colaboración de más de 100 mujeres que poseían una media de 75 años de edad.

“Tanto la fuerza de agarre como las pruebas de TUG no se realizan comúnmente en la práctica clínica, pero ambas son herramientas de detección baratas y simples”, a través de un experimento en donde midieron la fuerza de agarre de las participantes.

Entonces, “midieron el tiempo que tardaban en levantarse, caminar algunos metros darse la vuelta y volver a sentarse, lo que se conoce como TUG”, detalló el investigador de la Universidad de Australia Occidental, Marc Sim.

La demencia y la fuerza

Aunque no sea fácil de creer, la demencia y la fuerza física van de la mano, comunicó el equipo tras comprobar que las mujeres con menor fuerza de agarre, que habían tardado más tiempo en terminar el TUG, tenían el doble de posibilidades de tener demencia en los últimos años de su vida frenta a aquellas más fuertes.

Por otra parte, estas mismas pruebas compararon los resultados de las pruebas cinco años después y confirmaron lo anterior: si disminuía el rendimiento, aumentaba el riesgo de desarrollar demencia.

Otros hallazgos

“Los hallazgos emocionantes fueron que la disminución de estas medidas se asoció con un riesgo sustancialmente mayor, lo que sugiere que, si podemos detener esta disminución, podríamos ser capaces de prevenir las demencias de la vida tardía. Sin embargo, se necesita más investigación en esta área”, de acuerdo con el respaldo del trabajo de campo de Sim.

“Ahora estamos empezando a ver una serie de evaluaciones de detección simples, pero indicativas que podrían combinarse con otras medidas biológicas y clínicas para proporcionar un perfil de riesgo holístico para las personas que se presentan a su médico de cabecera con, por ejemplo, problemas de memoria”, zanjó.


Fuente: METROWORLDNEWS.COM

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