Delincuencia, desempleo, inseguridad, corrupción y el costo de la vida, son algunos de los principales malestares que afectan desde hace mucho tiempo a nuestro país.
Todos estos males son como heridas profundas qque
sangran, que todos podemos ver; que muchos pueden curar y saben cómo hacerlo,
pero, por negligencia o poco interés solo se le pone un bandita o curita, para
cubrirlas y ocultar el estado crítico en que se encuentran.
Pero en muchas ocasiones, ni de las banditas o curitas
gozan las heridas, por lo que cogen infección y empeoran, a tal punto que se
pierden las esperanzas de que llegue alguien capaz de encontrar una solución y
como diría mi abuela mamá Nuna, lo grande del caso es que los llamados a sanar
esas heridas las tienen en frente de sus propias narices.
Nuestra provincia San Cristóbal, no escapa a estos
males y sucumbe con heridas abiertas, cómo ejemplo citaré, el caso del estadio
Rosendo Sepulveda, el tránsito que por más que muevan las fichas algo no
termina de encajar y la falta de acciones de nuestras autoridades para
contrarrestar dichos males, a los que tal parece les resulta mejor, anestesiar
a los que pudieran hacerle frente y denunciar esas heridas.
Nos urge que sin politiquerías baratas, se gestionen
soluciones, pues los problemas de San Cristóbal nos golpean de una u otra
manera a todos, y sea quien sea, que esté como autoridad, su deber es gestionar
y solucionar.
Por FRANCIA MARTÍNEZ
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