PRESIDENTE DE FRANCIA ANULA LOS EVENTOS FESTIVOS Y REUNIONES ANTE DISTURBIOS POR MUERTE DE JÓVEN A MANOS DE UN POLICÍA Y PIDE A MADRES Y PADRES MANTENERLOS EN CASA
PARÍS, Francia (30 Junio 2023).- El presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado este viernes algunas medidas para tratar de contener la ola de disturbios que sacude el país desde hace tres días tras la muerte de Nahel, un joven de 17 años, tras ser disparado por un policía el pasado martes en un control en Nanterre, uno de los barrios de la periferia de París, la también llamada banlieue.
Macron, que estaba en Bruselas en la cumbre europea,
ha adelantado su vuelta para poder presidir la segunda reunión de crisis que se
hace desde que empezaron los altercados. Han asistido varios de los ministros
del Gobierno, entre ellos el de Interior, Gérald Darmanin, y la primera
ministra, Elisabeth Borne.
En la madrugada del viernes la violencia ha escalado
un grado, con casi 900 detenidos y degradaciones, saqueos e incendios en
numerosas ciudades francesas. Los altercados ya no son sólo en las barriadas de
las ciudades, sino que se han extendido al centro de las mismas como pasó ayer
en Marsella o París.
Macron ha denunciado la "instrumentalización
inaceptable de la muerte de un chico" y ha pedido firmeza para los
"que usan esta situación para crear desorden", atacar edificios y
saquear comercios. Ha apelado a "la responsabilidad de los padres",
pues ha explicado que la situación actual es el resultado de los actos "de
grupos organizados y equipados", pero "también muchos jóvenes".
"Apelo al sentido de responsabilidad de las
madres y los padres. La República no tiene vocación de sustituirlos (...) Es su
responsabilidad mantenerlos en casa", ha dicho.
La media de edad de los jóvenes detenidos en los
últimos días es de 17 años. Algunos son grupos organizados, individuos de más
edad, pero otros son chavales que se dan cita por redes sociales y luego
cuelgan los vídeos. Macron también ha pedido la colaboración de las redes para
poder identificar a los autores de los destrozos.
¿ESTADO
DE EMERGENCIA?
Aunque algunos partidos pedían que se declarase el
estado de emergencia para evitar que los disturbios vayan a más, el presidente
se ha limitado a señalar que habrá un refuerzo extra en seguridad para hacer
frente a estos actos. Ya el jueves se desplegaron 40.000 policías y gendarmes y
se envió unidades de élite de la policía a algunas zonas, que no pudieron
contener los altercados.
De momento, este fin de semana se anularán los eventos
festivos y las reuniones en "los departamentos más sensibles para proteger
a los compatriotas". Ha dejado la pelota en el tejado de la primera
ministra, Elisabeth Borne, que anunciará y concretará más medidas en las
próximas horas.
No hay estado de emergencia, pero sí toques de queda
en algunas localidades y parón en los transportes en la región de París y en
Burdeos a partir de las nueve de la noche, precisamente para evitar que se
incendien autobuses y tranvías. Darmanin ha pedido a las delegaciones del
Gobierno (prefectos) que se extienda a toda Francia.
Tras tres días de incidentes que han ido aumentando,
el presidente hace malabarismos para evitar que se encienda más el ambiente en
estos barrios, donde cada cierto tiempo prende la mecha. Sus habitantes son en
su mayoría franceses, de padres o abuelos de origen inmigrante, magrebíes o del
África subsahariana. Critican el racismo de las fuerzas del orden.
En este caso ha sido la muerte de Nahel lo que ha
desatado la cólera. El Gobierno cuenta con que los disturbios no van a cesar,
al menos en los próximos días. El precedente está en 2005, cuando la muerte de
dos jóvenes electrocutados cuando huían de la policía ya provocó una oleada de
violencia que duró semanas y obligó a declarar el Estado de emergencia.
Macron, que acaba de pasar página a la crisis social
desatada por la aprobación de su impopular reforma de las pensiones, se había
dado hasta el 14 de julio para tranquilizar el país. Con este nuevo frente
abierto, está lejos de lograrlo.
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