ANALIZAR "CAMPOS" DE NUESTRAS VIDAS Y EXHORTACIÓN A BUSCAR ANTE TODO LA OBRA DE DIOS, EL LLAMADO DEL PAPA FRANCISCO

CIUDAD DEL VATICANO (23 Julio 2023).- A la hora del Ángelus de la III Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores, Francisco reflexionó sobre la parábola de Jesús del Evangelio de este domingo y analizando los distintos “campos” de nuestra vida exhortó a buscar ante todo la obra de Dios y aprender a ver en los demás, en el mundo y en nosotros mismos la belleza de lo que el Señor ha sembrado.

Tras celebrar la Santa Misa por la III Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores, el Papa se asomó desde la ventana del Palacio Apostólico, acompañado por una abuela y su nieto, para rezar la oración mariana del Ángelus. Antes de rezar a la Madre de Dios, Francisco reflexionó sobre parábola del trigo y la cizaña que nos ofrece el Evangelio del día y analizó los distintos "campos" que encontramos en nuestra vida cotidiana, comenzando por el de nuestro mundo, donde Dios siembra trigo "y así el bien y el mal crecen juntos":

Lo vemos en las noticias, en la sociedad, y también en la familia y en la Iglesia. Y cuando, junto al trigo bueno, vemos malas hierbas, nos dan ganas de arrancarlas inmediatamente, de hacer "limpieza total". Pero el Señor nos advierte hoy que ésta es una tentación: no podemos crear un mundo perfecto y no podemos hacer el bien destruyendo precipitadamente lo que está mal, porque esto tiene efectos peores: acabamos -como se dice- "tirando el niño junto con el agua sucia".

Cuidar los brotes de bondad y erradicar las malezas


“Hay, sin embargo, advirtió Francisco, un segundo campo en el que podemos y debemos limpiar: es el campo del corazón, el único en el que podemos intervenir directamente”. También allí hay trigo y cizaña, dijo el Papa, de hecho, es desde allí desde donde ambos se extienden al gran campo del mundo:

Nuestro corazón, en efecto, es el campo de la libertad: no es un laboratorio aséptico, sino un espacio abierto y, por tanto, vulnerable. Para cultivarlo adecuadamente, es necesario, por una parte, cuidar constantemente los delicados brotes de bondad y, por otra, identificar y erradicar las malezas. Así pues, miremos en nuestro interior y examinemos lo que ocurre, lo que crece en nosotros de bien y de mal.

Existe un hermoso método para hacerlo: es el examen de conciencia, que sirve precisamente para verificar, a la luz de Dios, lo que sucede en el campo del corazón.

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