Hay una especie de locura política que a veces pareciera tornarse colectiva, cuyo desenfreno no presagia nada bueno
Como van las cosas prontamente este país, andará con lo de adentro para afuera, ya que una buena parte de nuestros actores políticos tienen la certidumbre de que el mundo está a punto de acabarse y necesitan a como dé lugar estar en una posición de poder, pensando que así, podrán salvar sus vidas del castigo divino.
Se advierte y se puede apreciar de lejos que, este proceso electoral marcará con un sello especial a la población dominicana, que necesariamente, debe prepararse para ver y escuchar cosas que creía imposible sucedieran, pero por la desesperación existente, desde ya son y seguirán siendo, el pan nuestro de cada día.
Se evidencia, la ausencia de propuestas y obviando la confrontación de las ideas, se recurre a métodos y procedimientos en los que se refleja, odio y resentimientos, que dan lugar a la utilización de recursos cuestionables para denostar al adversario, sin medir las consecuencias que ese mal proceder pudieran acarrear en un futuro
Todo apunta que vamos rumbo a un berenjenal político nunca antes visto, en la que muchos corren apresurados de un lado a otro, desorientados, sin saber que hacer, andan con "un ojo al gato y otro al garabato," esperando una señal, para no quedar fuera del pastel electoral.
Por LEONARDO CABRERA DIAZ
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