Al observar el proceder y comportamiento que hoy exhibimos, no sería un pecado pensar que hace tiempo el mundo acabó, que la gente buena ya está en el cielo, y que sólo quedamos quienes no calificamos para alcanzar la gloria.
Y que además, por vivir distraídos en las redes,y en las banalidades, ni siquiera nos hemos dado cuenta.
Probablemente éste sea alguna especie de purgatorio, y en lugar de permitirnos redimirnos, y sumar los méritos requeridos para la unción celestial, nos quieren inculcar casi de forma obligatoria por ojos, boca, nariz, y quién sabe por donde más, nuevos modelos y patrones de conductas, desnaturalizando todo cuanto concibió Dios, nuestro Creador.(Génesis 1:27)
Revertir, pareciera ser la palabra clave, la contraseña, para el nuevo formato, para abrir y compartir los enlaces, en los que si, y solo sí, nos convirtamos en los especímenes de la agenda programada, en la que la ranciedad o tradición, no tiene espacio, resulta ser algo desfasado, amén de sus valores, eso que importa.
El estropicio es cada día más fuerte, su desenfreno avasallador tiene acorralado la ética y los buenos modales. Las obscenidades y palabras burdas se imponen. Son partes del mismo paquete, en el todo incluido, para izar las banderas multicolores de los que reclaman su territorio, la tierra prometida.
En tanto, las huestes avanzan a tropel, el decoro y el honor huyen, buscan donde resguardarse, pero parece tarde, hay muchas honras perdidas y otras bajo vigilancia. Las grandes potencias en su afán de poder y hegemonía fabrican e impulsan las guerras, no importan las muertes, ni la sangre derramada, juegan a ser Dios.
Un juego peligroso. Ya han habido escarmientos divinos. Empero, debe haber algún Abraham, intercediendo ante el Juez Supremo, de que si tan sólo hubiese diez justos, aplaque su enojo y perdone su gran afrenta, en aquel entonces, no fue posible, llovió fuego y azufre.(Génesis 18: 16-33). Ahora como será?
Ese es el gran espejo de la historia, de la vida, cuidado si se refleja ahí, tu rostro.
Por LEONARDO CABRERA DÍAZ
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