VIOLENCIA EN TODA FRANCIA CON MIL 311 DETENCIONES, 79 POLICÍAS HERIDOS, MILES DE INCENDIOS, VEHÍCULOS QUEMADOS Y EL PRESIDENTE MACRON ANULA VISITA A ALEMANIA
PARÍS, Francia (1 Julio 2023).- Un despliegue insólito de las fuerzas del orden, blindados en las calles, cancelación de conciertos y de actos multitudinarios y toques de queda en algunas ciudades. Nada ha servido para evitar una cuarta noche de disturbios y violencia en toda Francia, que ha acabado con 1.311 detenciones, 79 policías heridos, miles de incendios y vehículos quemados.
El Gobierno francés trata de frenar, sin éxito, la ola de altercados que comenzó el miércoles en las barriadas de las ciudades francesas tras la muerte de Nahel, de 17 años, por un tiro de un policía en un control. Empezó en la periferia parisina, pero se ha agravado y extendido rápidamente por todo el país, incluido el centro de algunas ciudades.
Dada la gravedad de la situación, el presidente
francés, Emmanuel Macron, ha decidido anular la visita que tenía previsto hacer
a Alemania este domingo. "Teniendo en cuenta la situación interna, el
presidente ha expresado su deseo de permanecer en Francia en los próximos
días", señalan fuentes del Elíseo.
Morawiecki, sobre Francia: "No
queremos escenas como esta en ninguna ciudad de Europa"
En la madrugada del sábado se habían desplegado 45.000
efectivos, 5.000 más que el día precedente. En Marsella, la situación se ha
agravado en los dos últimos días. Anoche, varios individuos asaltaron una
armería, se quemaron vehículos y atacaron comercios. Los disturbios se repiten
en otros lugares, como Lyon, Nantes y también París. Los alcaldes de Lyon y
Marsella han pedido refuerzos policiales al Gobierno dada la intensidad de los
disturbios.
A mediodía del viernes, el presidente Macron reunió
por segunda vez a la célula de crisis para buscar medidas para contener esta
ola de violencia. El Gobierno no ha querido, de momento, decretar el estado de
emergencia, tal y como pedían algunos partidos de la oposición, pero se han
desplegado los blindados de la gendarmería y se han anulado grandes conciertos
o eventos que "movilizan muchos efectivos y podrían representar un riesgo
de orden público en función de la situación actual".
Algunas localidades han instaurado toques de queda y
los autobuses y tranvías no circularán de nueve de la noche a seis de la mañana
hasta nueva orden en toda Francia. Esto reduce la movilidad y se evita también
que estos coches sean incendiados.
El futbolista Kylian Mbappé ha publicado un comunicado
en Twitter en el que ha pedido que paren los disturbios: "La violencia no
resuelve nada, menos aún cuando se vuelve contra esos que la expresan, sus
familias, seres queridos y vecinos", ha dicho la estrella del PSG.
"Son vuestras propiedades las que estáis
destruyendo, vuestros barrios, vuestras ciudades, vuestros lugares de plenitud
y de proximidad", ha añadido.
SENTIDO DE LA RESPONSABILIDAD
Macron denunció la "instrumentalización
inaceptable de la muerte" de Nahel y pidió firmeza para los "que
utilizan esta situación para crear desorden", atacar edificios y saquear
comercios. Además, apeló a "la responsabilidad de los padres", pues,
según dijo, la situación actual es el resultado de los actos "de grupos
organizados y equipados", pero "también muchos jóvenes".
"Apelo al sentido de responsabilidad de las
madres y los padres. La República no tiene vocación de sustituirlos (...) Es su
responsabilidad mantenerlos en casa", explicó. Según la policía, la media
de edad de los jóvenes detenidos en los últimos días es de 17 años. Algunos son
grupos organizados, individuos de más edad, pero otros son chavales que se dan
cita por redes sociales y luego cuelgan los vídeos.
El ministro del Interior ha confirmado que el perfil
del agitador estos días es el de un joven de entre 13 y 17 años. En algunas
localidades se ha decretado el toque de queda para los menores.
"Nuestro país se encuentra al borde del
precipicio", dijo Eric Ciotti, líder del partido conservador de Los
Republicanos: "No abandonaremos la República a los instigadores de la
guerra civil que toman el pretexto de una tragedia, hoy en manos de la
justicia, para sembrar el caos en nuestras calles". La ultraderechista
Marine Le Pen ha pedido toques de queda sectoriales y quiere que Macron reciba
a todos los partidos en la Asamblea.
La muerte de Nahel había desatado una ola de
indignación en las barriadas de Francia los días precedentes, pero lo de ahora
toma otro color. En Guyana murió un hombre de 50 años al que alcanzó una bala
perdida en medio de los disturbios. Los disparos iban dirigidos a las fuerzas
del orden.
Los alcaldes reconocían estar atemorizados, pues los
edificios públicos son blanco de la ira. Algunos actos se conocen a medida que
se van publicando vídeos en las redes sociales. Las personas también se han
convertido en blanco de los ataques, como dos policías que iban de paisano y
fueron agredidos el viernes en Marsella tras ser identificados. Algunos
periodistas también han sufrido robos y agresiones.
LA MECHA DEL POLVORÍN
El Gobierno hace malabarismos para evitar tomar medidas que puedan encender más el ambiente en estas barriadas, donde cada cierto tiempo prende la mecha y cuyos habitantes, franceses que son hijos o nietos de inmigrantes, critican el racismo de las fuerzas del orden y se sienten ciudadanos de segunda.
Los funerales de Nahel se celebrarán este sábado. El
Gobierno cuenta con que los disturbios no van a cesar, al menos en los próximos
días. El precedente está en 2005, cuando la muerte de dos jóvenes
electrocutados cuando huían de la policía ya provocó una oleada de violencia
que duró semanas y obligó a declarar el Estado de emergencia.
Por comparar: en el día de más destrozo de aquella ola
se incendiaron 1.200 coches. El viernes fueron 1.900. Entonces, en las tres
semanas que duraron los disturbios, hubo más de 6.000 detenidos. Ahora, en tres
días ya son más de 1.300.
La capital francesa acoge el Mundial de Rugby en otoño
y, los Juegos Olímpicos, el verano que viene. Macron, que acaba de pasar página
a la crisis social desatada por la aprobación de su impopular reforma de las
pensiones, se había dado hasta el 14 de julio para tranquilizar el país tras
aquella crisis que dejó meses de protestas y hacer balance. Con este nuevo
frente abierto, si cabe más delicado, está lejos de lograrlo.
Por RAQUEL VILLAÉCIJA/Corresponsal El Mundo
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