Empiezo con un coño, pero un coño, de esos coños que uno debe echarlo en un río, para que los pulmones se expresen y expandan todo cuanto puedan, o tal vez, en lo más alto de una montaña, para que se escuche y retumbe hasta en el olimpo, allá donde viven los dioses, quién sabe si alguno de esos carajos los oye, y así, quizás, desahogar un poco el coraje, el pique, la impotencia, el mal sabor en la boca, por estos azarosos "si me dejan" y esos desgraciados "yo dejando," que me hacen hervir la sangre, me enrojecen los ojos y me titiritan el alma.
Esos "si me dejan," y estos "yo dejando," que nos muestran en cada amanecer los infortunios de este sufrido pueblo para el cual tanto ayer como hoy, los gobiernos han entendido que su único y exclusivo compromiso con él, consiste en designar a uno y quizás dos, pero no más, de los dirigentes más cercanos del ejecutivo que firma el decreto en una posición de cierta importancia, para poder colocar a los seguidores del partido, así, como los aliados de la causa, obviando, todo lo demás, y todo lo demás, amén.
Y estos "yo dejando," y esos "si me dejan," de quienes desgraciadamente, siempre confiados en cantos de sirenas, acudimos a las urnas esperanzados en las soluciones y facilidades de vida, que en diferentes sentidos adolecemos, las mismas, que son utilizadas, en cada proceso electoral por los Aladinos del momento, como banderas de campaña, tras la consecución de nuestros votos, que a la postre, queda evidenciado, eran su único propósito.
Esos "si me dejan," y estos "yo dejando, mientras el agua nos llega al cuello, y ondeamos banderas blancas en señal de auxilio, en un S.O.S, desesperado, para que lleguen las grandes inversiones en obras que impulsen un desarrollo integral planificado, poniendo sobre la mesa en blanco y negro nuestras necesidades y carencias y sus posibles soluciones a corto y largo plazo.
Todavía estamos a tiempo, solo falta decisión y voluntad política al respecto y un pueblo que sin vacilaciones partidarias, piense en grande, como grande y bendecida debe ser su suerte
Ah caray, perdón, que de tanto encono y este fogón que a veces se me mete, olvidé decirles que me refiero a San Cristóbal, que en medio de su calvario, cada día, rinde cultos a su dolor, entonando la canción que compusiera e interpretaba el inmenso, Anthony Rios, (E.P.D.).
"Cualquiera,
pero que alguien me quiera…
cualquiera,
que al llegar a mi casa,
tras la puerta,
no me esperen la nada y la tristeza.
Cualquiera,
pero que me quiera,
cualquiera.
Por LEONARDO CABRERA
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