EL ALGORITMO DE: CÓMO RUSIA Y SUS ALIADOS IMPONEN SUS PUNTOS DE VISTAS EN OCCIDENTE
Aquellos que creen que, con el comienzo de la invasión rusa a gran escala de Ucrania, la guerra híbrida del Kremlin ha cesado por completo están equivocados. No es así, sino que esta sigue siendo muy activa y relevante en muchos puntos de especial tensión, especialmente en el sur del Cáucaso, un lugar de gran importancia para Rusia, donde reside uno de sus pocos aliados: Armenia.
A principios de septiembre, Stian Jenssen, director de
la Oficina Privada del Secretario General de la OTAN, se ha convertido en un
nombre importante para Ucrania. Desde su posición en la Alianza, a la que ha
accedido tras un rápido ascenso, ha sugerido públicamente que Ucrania podría
ceder territorio a cambio de una membresía garantizada en la OTAN. Una
declaración peligrosa cuyas palabras, rápidamente, tuvo que rectificar,
poniendo en duda su posición. Pero el daño ya estaba hecho.
Hay una serie de otros factores que hacen que esta
declaración sea digna de atención. Jenssen, al igual que otros funcionarios de
la OTAN, no tenía la autoridad formal para hablar en nombre de la Organización
del Tratado del Atlántico Norte. Simplemente, excedió sus límites cuando
decidió hablar por su cuenta y lanzar este mensaje públicamente, un garrafal
error. Su posición como director de la Oficina Privada del Secreta fue
utilizada, por tanto, mínimo erróneamente y este abuso debe ser investigado por
las fuerzas del orden, ya que solo el propio Jens Stoltenberg y sus adjuntos
pueden expresar la posición oficial de la OTAN.
La propuesta para Ucrania, consistente en la cesión de
partes de su territorio a cambio de un “tratamiento” garantizado a través de la
membresía en la OTAN, no es la opinión privada de un solo funcionario. De
hecho, refleja la posición de varios representantes dentro del establishment
occidental que quieren construir un mundo donde prevalezca la democracia, pero
no quieren provocar a Rusia ni cambiar la perspectiva geopolítica del Kremlin
hacia Ucrania y el espacio postsoviético.
Hablar de "membresía garantizada en la
OTAN", en ausencia de un consenso claro dentro de la Alianza sobre el tema
ucraniano, es un intento deliberado de engañar. Esto es especialmente cierto
dado “los cambios significativos en la cuestión del ingreso de Ucrania en la
OTAN” mencionados por Jenssen. Actualmente, no hay evidencia objetiva que
respalde estas afirmaciones.
Los medios noruegos han provocado un debate sobre por
qué se rompieron las reglas de Chatham House, lo que llevó a la divulgación de
la posición de Stian Jenssen. También vale la pena aclarar las circunstancias
en las que esta información ha salido a la luz, ya que los medios rusos la
obtuveron rápidamente y la distribuyeron a todo el mundo. Obviamente, fue una
operación psicológica bien planificada por parte de Rusia.
Este tipo de acciones están perfectamente en línea con
la lógica del Kremlin, que actualmente se centra en demostrar la ineficacia de
las acciones de sus adversarios tradicionales. Para lograr esto, Rusia utiliza
una variedad de herramientas, pero una de ellas vale la pena examinarla en
profundidad. Aunque Rusia y los procedimientos democráticos son como dos
galaxias distantes que rara vez se cruzan, Moscú estudia cuidadosamente los
algoritmos de funcionamiento de la sociedad democrática. Esto va más allá de
los medios de comunicación e incluye mecanismos legales, preguntas sobre el uso
y abuso de poder y el uso de vinculaciones y asociaciones para validar opiniones
de expertos. En este sentido, el Kremlin ha logrado éxitos notables que merecen
atención.
A fines de julio de 2023, Araik Harutunyan, el llamado
“Presidente de Artsaj” (el líder prorruso de la no reconocida República de
Nagorno-Karabaj, un enclave ocupado en territorio azerbaiyano), se acercó al
abogado argentino Louis Moreno-Ocampo y le pidió que proporcionara una
“evaluación legal” de la situación en la región. Moreno-Ocampo había sido
Fiscal Jefe de la Corte Penal Internacional, pero tuvo que renunciar al cargo
en 2012 debido a una serie de escándalos. Una situación que no impidió que, en
solo nueve días, resolviera que lo ocurrido en el Corredor de Lachin había
constituido un “genocidio de armenios”. Esta evaluación fue ampliamente
difundida en los medios de comunicación de todo el mundo, creando un clima
informativo previo a la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, el 16 de
agosto. Esta se llevó a cabo a petición de Armenia con el objetivo de discutir
la situación en Karabaj, a pesar de que el Consejo de Seguridad de la ONU no
podía tomar decisiones vinculantes sobre ello. Sin embargo, llevar el tema a
Nueva York haría que este lograra la atención de todo el mundo.
En esencia, estamos ante una estratagema con fines
manipuladores. Araik Harutunyan no es representante de un Estado reconocido
internacionalmente como miembro de la comunidad mundial. De hecho, solo está
reconocido como tal únicamente por las autoproclamadas “repúblicas” rusas en
los territorios de Ucrania, Georgia y Moldavia, siendo además protegido por el
ejército ruso.
Louis Moreno-Ocampo ya no representa a la Corte Penal
Internacional, pero sí que está usando a su conveniencia esta posición
anterior, enfatizando que proporcionó esta evaluación pro bono (sin cargo).
Dejamos estos reclamos a la conciencia del abogado argentino, que tiene un
sospechoso historial a sus espaldas. De hecho, ya hemos sido testigos del uso
de métodos de guerra híbrida para influir en la opinión pública.
Sin embargo, etiquetar la situación en torno a Karabaj
como un "genocidio armenio" es, esencialmente, un cínico intento de
explotar la memoria de los armenios asesinados en el Imperio Otomano durante la
Primera Guerra Mundial. Esta idea lo que viene a sugerir es que el Kremlin está
detrás de la participación de Louis Moreno-Ocampo, ya que es una práctica común
que el Kremlin explote el sufrimiento de otros para su propio beneficio
político. Además, Moscú está extremadamente preocupado por el acercamiento
gradual que ese está produciendo entre Bakú y Ereván para el alcance de la paz,
incluida la voluntad expresada por el Primer Ministro de Armenia, Nikol
Pashinyan, de firmar un tratado de paz con Azerbaiyán. Para Rusia, este
escenario es inaceptable, ya que significaría perder influencia en el sur del
Cáucaso.
Los esfuerzos de Jenssen y Moreno-Ocampo se ven
reforzados en la esfera de la defensa pública a través del trabajo de Scott
Ritter. La historia de Ritter, ex-Marine e inspector de armas de las Naciones
Unidas durante la década de 1990, se vio empañada por dos encuentros con la
policía estadounidense sobre su presunta participación en relaciones
inapropiadas con un menor. Sin embargo, esto no le impidió entablar un polémico
diálogo con el periodista Seymour Hersh en 2005. (Vale la pena señalar que Hersh,
reconocido por afirmar que las fuerzas estadounidenses estaban detrás de la
destrucción de los oleoductos Nord Stream, realizó la entrevista).
Con el comienzo de la incursión expansiva de Rusia en
Ucrania, la alineación de Ritter giró hacia la promoción de los intereses del
Kremlin dentro del panorama informativo de los Estados Unidos. Entre sus
afirmaciones, defendía que la policía ucraniana estaba detrás de las bajas de
civeles acontecidas en Bucha. Además, tenía la firme convicción de que dejar el
armamento proveniente de los países occidentales en manos de Ucrania no tendría
un efecto transformador en la dinámica del conflicto ruso-ucraniano.
Los casos de Jenssen y Moreno-Ocampo arrojan luz sobre
el modus operandi de los servicios de inteligencia rusos. Una táctica que
consiste en observar de cerca los círculos profesionales más relevantes,
identificar a las personas vulnerables y hacerles ofertas tentadoras. De esta
manera, las narrativas del Kremlin se difunden en el todo el mundo
desarrollado, de la mano de personas con mala reputación en el pasado. Estos
“héroes de antaño” pone de relieve la necesidad de contar con un pensamiento
crítico y de la verificación, tanto de la autenticidad de la información como
de la integridad de la fuente.
Por YEVHEN MAHDA
El autor es analista político, investigador de la
guerra híbrida
No hay comentarios.: