EN CREACIÓN DE 21 NUEVOS CARDENALES EL PAPA LES EXHORTA A QUE "SEAN EVANGELIZADORES EVANGELIZADOS Y NO FUNCIONARIOS"
CIUDAD DEL VATICANO (30 Septiembre 2023).- En la Plaza de San Pedro se ha celebrado el Consistorio en el que el Papa ha creado 21 nuevos cardenales, 18 de ellos electores y 3 no electores: como en el día de Pentecostés, la diversidad de sus lenguas es un nuevo aliento para la Iglesia, "sean evangelizadores evangelizados y no funcionarios".
Esa Iglesia santa, apostólica y "madre, que habla
en todas las lenguas, que es una y es católica", nacida en Pentecostés,
cuando los apóstoles se reunieron en Jerusalén junto a los judíos que allí
vivían, pero también con partos, medos, elamitas y otros muchos pueblos de
diversos países que los oían hablar en sus propias lenguas, Francisco la
vislumbra en el nuevo Colegio Cardenalicio, ampliado hoy con la creación de 21
cardenales, de los que 18 son electores y 3 no electores. Luis Pascual Dri,
confesor en el Santuario de Nuestra Señora de Pompeya de Buenos Aires, no ha
estado presente entre ellos. En la homilía del Consistorio celebrado en la
Plaza de San Pedro iluminada por un cálido sol de finales de septiembre, donde,
entre unos 12.000 fieles, destacan los birretes rojos de todo el mundo, el Papa
subrayó las distintas procedencias de sus más estrechos colaboradores recordando
la imagen de una orquesta.
El Colegio Cardenalicio está llamado a asemejarse a
una orquesta sinfónica, que representa la sinfonía y la sinodalidad de la
Iglesia.
Una
Iglesia sinfónica y sinodal
Para Francisco, "el carácter sinodal de la
Iglesia" es como una sinfonía, en la que cada instrumento brinda su propia
contribución, "a veces solo, a veces unido a algún otro, a veces con todo el
conjunto". Pero "la diversidad es necesaria, es indispensable",
aunque si, explica el Papa, "cada sonido debe contribuir al proyecto
común", y por eso "es fundamental la escucha recíproca. Cada músico
debe escuchar a los demás". Mientras que " el director de la orquesta
está al servicio de esta especie de milagro que representa cada ejecución de
una sinfonía", a él le corresponde "escuchar más que todos los
demás" y "ayudar a cada uno y a toda la orquesta a desarrollar la
fidelidad creativa, la fidelidad a la obra que se está ejecutando". Y es
precisamente la imagen de la orquesta la que enseña "mejor a ser Iglesia
sinfónica y sinodal", y por eso Francisco la propone al Colegio
Cardenalicio, "en la reconfortante confianza de que tenemos como maestro
al Espíritu Santo, maestro interior de cada uno y maestro del caminar
juntos", que "crea la variedad y la unidad" y que "es la
misma armonía".
Ser
evangelizadores evangelizados y no funcionarios
El Papa cita varias veces el pasaje evangélico que
habla del "bautismo del Espíritu Santo", del don del Evangelio
recibido en varias lenguas, que debe suscitar asombro y gratitud por la Buena
Noticia que nos ha llegado "en nuestras lenguas, a través de los labios y
los gestos de nuestros abuelos y de nuestros padres, de los catequistas, de los
sacerdotes, de los religiosos", transmitida también "en dialecto, por
las madres y las abuelas".
Somos evangelizadores en la medida que conservamos en
el corazón el asombro y la gratitud de haber sido evangelizados; más aún, de ser
evangelizados, porque en realidad se trata de un don siempre actual, que
requiere ser renovado continuamente en la memoria y en la fe. Evangelizados evangelizadores
y no funcionarios.
Pentecostés,
un acto creativo que Dios renueva continuamente
Y es aún a Pentecostés a lo que Francisco invita a
mirar al continuar su reflexión, un hecho que no es del pasado, sino "un
acto creativo que Dios renueva continuamente", un "misterio siempre
actual" del que "vive la Iglesia y cada uno de sus miembros".
Porque la Iglesia "no vive 'de rentas' -añadió Francisco-, ni mucho menos
de un patrimonio arqueológico", sino que "vive del presente de Dios,
por la acción del Espíritu Santo".
Hoy, a la luz de la Palabra, podemos comprender esta
realidad: ustedes, neocardenales, han venido de diversas partes del mundo y el
mismo Espíritu Santo que fecundó la evangelización de sus pueblos ahora renueva
en ustedes su vocación y misión en la Iglesia y para la Iglesia.
Al final de su alocución, Francisco creó y proclamó a
los nuevos cardenales, pronunciando sus nombres, y después les invitó a
profesar su fe en Dios y su fidelidad a la Iglesia. "Prometo y juro, de
hoy en adelante y mientras yo viva, permanecer fiel a Cristo ya su Evangelio,
constantemente obediente a la Santa Iglesia Apostólica Romana..." a
continuación, inclinándose ante el Papa, uno a uno, recibieron el birrete
cardenalicio. A partir de este momento, el Colegio Cardenalicio se amplía a 242
cardenales, de los cuales 137 son electores y 105 no electores.
Por TIZIANA
CAMPISI/Vatican News
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