PAPA FRANCISCO VIGILIA ECUMÉNICA RECUERDA LA IMPORTANCIA EN LA VIDA DEL CREYENTE, DE LA IGLESIA Y EN EL CAMINO DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
CIUDAD DEL VATICANO (30 Septiembre 2023).- A cuatro días de la inauguración de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el Santo Padre participó en la vigilia ecuménica de oración #Together2023 en la Plaza de San Pedro. En su alocución, recordó la importancia del silencio en la vida de los creyentes y de la Iglesia.
El silencio: este es el concepto central de la breve
homilía del Papa Francisco durante la vigilia ecuménica de oración
“#Together2023” (“Juntos” en español) celebrada este sábado 30 de septiembre en
la Plaza de San Pedro. En las vísperas del inicio del retiro espiritual que
precederá la apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los
Obispos, el Santo Padre reflexionó sobre la relevancia del silencio en la vida
del creyente, de la Iglesia y en el camino de la unidad de los cristianos.
El Obispo de Roma habló frente a unos 18.000 miembros
del Santo Pueblo Fiel de Dios, entre Cardenales creados durante el consistorio
público ordinario de esta mañana, jóvenes de distintos países de Europa,
sacerdotes, diáconos, laicos, laicas y doce líderes de diversas confesiones
cristianas. A todos ellos el Papa agradeció al inicio de su discurso.
El Papa a los neocardenales: Sean la armonía que
representa la sinodalidad de la IglesiaEn la Plaza de San Pedro se ha celebrado
el Consistorio en el que el Papa ha creado 21 nuevos cardenales, 18 de ellos
electores y 3 no electores: como en el día de Pentecostés, la ...
Este momento tan significativo para encomendar a Dios
los trabajos de la Asamblea Sinodal fue anunciado por Bergoglio al concluir el
Ángelus del domingo 15 de enero. Pero la idea fue propuesta por el Hermano
Aloïs, prior de la comunidad monástica de carácter ecuménico Taizé, en octubre
de 2021, cuando intervino en el comienzo del proceso sinodal. En su mensaje,
sugirió la organización de un “gran encuentro ecuménico”, una “celebración
sencilla a la escucha de la Palabra de Dios, con un largo momento de silencio y
de intercesión por la paz”. Y así ocurrió: se realizó alternando testimonios,
cantos, representaciones de pasajes bíblicos, gestos simbólicos e instantes de
profundo recogimiento.
El Pontífice planteó que el silencio está al principio
y al final de la existencia terrena de Cristo y recordó que esta tarde los
cristianos hemos permanecido en silencio ante el Crucifijo de San Damián, “como
discípulos a la escucha ante la cruz, la cátedra del Maestro”.
Entre los líderes religiosos invitados a la vigilia, se encontraba el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby. (Vatican Media)
“Nuestro
silencio no ha sido vacío, sino un momento lleno de espera y de disponibilidad.
En un mundo lleno de ruido ya no estamos acostumbrados al silencio, es más, a
veces nos cuesta soportarlo, porque nos pone delante de nosotros mismos. Y, sin
embargo, esto constituye la base de la palabra y de la vida. San Pablo dice que
el misterio del Verbo encarnado estaba «guardado en secreto desde la eternidad»
(Rm 16,25), enseñándonos que el silencio custodia el misterio, como Abraham
custodió la Alianza, como María custodió en su seno y meditó en su corazón la
vida de su Hijo (cf. Lc 1,31; 2,19.51)”.
A continuación, acotó que “la verdad no necesita
gritos violentos para llegar al corazón de los hombres”. Aclaró que “a Dios no
le gustan las proclamas y los alborotos, las habladurías y la confusión;
prefiere más bien, como hizo con Elías, hablar en el «el rumor de una brisa
suave» (1 Re 19,12), en un “hilo sonoro de silencio”.
“Y así también nosotros, como Abraham, como Elías,
como María necesitamos liberarnos de tantos ruidos para escuchar su voz. Porque
sólo en nuestro silencio resuena su Palabra”.
El retiro espiritual que precede el Sínodo tiene lugar
desde la tarde del sábado 30 de septiembre hasta la noche del martes 3 de
octubre en la localidad de Sacrofano, Roma. (Vatican Media)
Luego, Francisco meditó sobre el silencio en la vida
de la Iglesia y explicó que “hace posible una comunicación fraterna, en la que
el Espíritu Santo armoniza los puntos de vista”.
“Ser sinodales quiere decir acogernos así, unos a
otros, con la convicción de que todos tenemos algo que testimoniar y aprender,
poniéndonos juntos a la escucha del ‘Espíritu de la verdad’ (Jn 14,17) para
conocer lo que Él ‘dice a las Iglesias’ (Ap 2,7). Y el silencio permite
precisamente el discernimiento, mediante la escucha atenta de los ‘gemidos
inefables’ (Rm 8,26) del Espíritu que resuenan, a menudo ocultos, en el Pueblo
de Dios. Pidamos, pues, al Espíritu el don de la escucha para los participantes
en el Sínodo: ‘escuchar a Dios, hasta escuchar con Él el clamor del pueblo;
escuchar al pueblo, hasta respirar la voluntad a la que Dios nos llama’”
(Discurso con ocasión de la Vigilia de oración en preparación del Sínodo sobre
la familia, 4 octubre 2014).
Vista desde lo alto de la Plaza de San Pedro durante la vigilia ecuménica de oración. (Vatican Media)
En la última parte de su intervención, el Sucesor de
Pedro se detuvo en el significado del silencio en el camino de unidad de los
cristianos y subrayó que el silencio hecho oración nos permite acoger el don de
la unidad “como Cristo la quiere”, “con los medios que Él quiere”, no como
fruto autónomo de nuestros propios esfuerzos y según criterios puramente
humanos.
“Cuanto más nos dirigimos juntos al Señor en la
oración, más experimentamos que es Él quien nos purifica y nos une más allá de
las diferencias. La unidad de los cristianos crece en silencio ante la cruz,
como las semillas que recibiremos y que representan los diversos dones
concedidos por el Espíritu Santo a las distintas tradiciones. A nosotros nos
corresponde sembrarlas, con la certeza de que sólo Dios hace crecer (cf. 1 Co
3,6). Serán un signo para nosotros, llamados también a morir silenciosamente al
egoísmo para crecer, por la acción del Espíritu Santo, en la comunión con Dios
y en la fraternidad entre nosotros”.
Oración del Papa durante la vigilia ecuménica en la Plaza de San Pedro - sábado 30 de septiembre de 2023. (Vatican Media)
Francisco finalizó con dos consejos: pedir, en la
oración común, aprender a hacer silencio nuevamente, para escuchar la voz del
Padre, la llamada de Jesús y el gemido del Espíritu; pedir que el Sínodo sea
Kairós de fraternidad, lugar donde el Espíritu Santo purifique a la Iglesia de
las murmuraciones, las ideologías y las polarizaciones.
Y mientras nos acercamos al importante aniversario del
gran Concilio de Nicea, el Papa exhortó a pedir que sepamos adorar unidos y en
silencio, como los Magos, el misterio de Dios hecho hombre, seguros de que
cuanto más cerca estemos de Cristo, más unidos estaremos entre nosotros.
Por SEBASTIÁN
SANSÓN FERRARI/Vatican News
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