LA PALABRA CLAVE PARA EL FENÓMENO MIGRATORIO ES "CERCANÍA", DICE PAPA FRANCISCO A PARTICIPANTES CONGRESO
CIUDAD DEL VATICANO (14 Octubre 2023).- El Papa encuentra en audiencia a las familias religiosas scalabrinianas: "La tragedia de las migraciones causadas por guerras, hambrunas, pobreza y molestias ambientales está a la vista de todos, es necesario difundir una mentalidad de cercanía, de cuidado y de acogida." Y a los religiosos: "Sin oración no hay misión".
Emigrar no es un dulce peregrinar en comunión; es a
menudo un drama. Y, como todo el mundo tiene derecho a emigrar, con mayor razón
tiene derecho a poder permanecer en su tierra y a vivir en ella de manera
pacífica y digna. Sin embargo, la tragedia de las migraciones forzosamente
causadas por las guerras, el hambre, la pobreza y las molestias ambientales
está hoy a la vista de todos.
Francisco se dirige a religiosos y religiosas que Juan
Bautista Scalabrini ha querido "como misioneros y misioneras para los
migrantes", hablando una vez más del fenómeno migratorio. El obispo de
Piacenza, que vivió entre los siglos XIX y XX, enseñó a los consagrados de las
congregaciones que había fundado a cuidar de cuantos abandonan su patria para
buscar un futuro mejor, considerándose "hermanos y hermanas en camino
hacia la unidad. Entonces, ¿qué aprender de todo esto?
Scalabrini nos ayuda, precisamente mirando a los
misioneros de los migrantes como cooperadores del Espíritu Santo por la unidad.
Su visión es iluminada y original del fenómeno migratorio, visto como una
llamada a crear comunión en la caridad.
La
Iglesia casa de todos los pueblos
Fue cruzando las miradas de muchos migrantes italianos
que partían hacia América que Scalabrini advirtió la llamada "a asistir
material y espiritualmente a esas personas, para que ninguno de ellos, dejado a
sí mismo, se perdiera, perdiendo la fe". A lo largo de los siglos sobre
"caballos, carros, palanquines, mulas y dromedarios, a los que podríamos
añadir hoy barcazas, camiones y carretas del mar" el destino de miles de
hombres, mujeres y niños "sigue siendo el mismo", observa el Papa, y
es "Jerusalén, la ciudad de la paz, la Iglesia, casa de todos los pueblos,
donde la vida de cada uno es sagrada y preciosa", aquella Iglesia,
católica y por eso universal, que Scalabrini veía como una "ciudad abierta
a quien busca una casa y un puerto seguro".
Y aquí hay una primera llamada para nosotros, a
cultivar corazones ricos en catolicidad, es decir, deseosos de universalidad y
unidad, de encuentro y comunión. Es la invitación a difundir una mentalidad de
cercanía, "cercanía": esta palabra clave... Es el estilo de Dios, que
se hace cercano siempre - una espiritualidad, una mentalidad de cuidado y
acogida, y a hacer crecer en el mundo, según las palabras de san Pablo VI,
"la civilización del amor". Pero sería utópico pretender que todo
esto pueda realizarse solo con las fuerzas humanas.
Actuar
en la historia guiados por Dios
Para Francisco hay que "cooperar a la acción del
Espíritu" y "actuar en la historia bajo la guía y con la energía que
viene de Dios", "dejarse conquistar por su infinita ternura para
sentir y actuar según sus caminos, que no siempre son los nuestros". Es necesario
reconocer a Dios "en quien es extranjero", recordar que el Antiguo
Testamento nos llama a cuidar de la viuda, del huérfano y del extranjero, añade
el Ponrefice, y encontrar en Dios "la fuerza de amar gratuitamente".
Y aquí está la segunda llamada que nos dirige el santo
obispo de Piacenza, cuando insiste en la necesidad, para el misionero, de tener
una relación de amor con Jesús, Hijo de Dios encarnado, y de cultivarla
especialmente a través de la Eucaristía, celebrada y adorada. Subrayo esta palabra
"adorada". Creo que hemos perdido el sentido de la adoración. Y
tenemos oraciones para hacer algo o... oraciones bonitas, pero... en silencio,
adorar. La mentalidad moderna nos ha quitado un poquito este sentido de la
adoración. Retomarlo, por favor, retomarlo.
No
hay misión sin oración
Scalabrini, que nunca descuidaba la adoración
eucarística, "a pesar del cansancio por sus agotadores ritmos de
trabajo", enseña que "sin oración no hay misión", explica el
Papa, que invita a misioneros y misioneras de San Carlos Borromeo a renovar su
"compromiso con los migrantes y enraizarlos cada vez más en una intensa
vida espiritual". Por último, Francisco expresa a todos los scalabrinianos
"un grandísimo agradecimiento" por su trabajo en todo el mundo y del
que ha sido testigo, cuenta, "desde los tiempos de Buenos Aires". Un
trabajo hecho "muy bien" a la luz del cual el Papa exhorta a seguir
adelante.
Por TIZIANA
CAMPISI/Vatican News
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