Papa Francisco al Celtic de Glasgow: Conserven el espíritu amateur del fútbol
CIUDAD DEL VATICAO (Antes de la audiencia general, Francisco saludó brevemente al equipo escocés que ayer jugó en Roma un partido de la Liga de Campeones: ganar es importante, pero lo es más el trabajo en equipo, ser íntegros para no sucumbir a la seducción de un deporte basado sólo en el dinero.
El "post-partido" no es ciertamente el de un
partido cualquiera. Ayer, en Roma, en el campo del Olímpico para un
desafortunado partido de Liga de Campeones contra el Lazio. Hoy, 29 de noviembre,
en el Vaticano para recibir el abrazo del Papa. Para los jugadores y directivos
del Celtic de Glasgow, el encuentro con el Papa antes de la audiencia general
suavizó sin duda la decepción por la derrota sufrida en el campo. Francisco
habló brevemente de ello para evitar la fatiga debida a la inflamación de sus
pulmones.
No importa si ganamos o no, no importa. Cada uno lucha
por ganar, pero la victoria no es el objetivo, ésa puede ser la derrota: la
victoria pasa por jugar juntos, por jugar en equipo.
Un
alma en el deporte
Porque de lo que se trata, añade, es de "mantener
el amateurismo", ese ser "amateur, donde -reitera- el deporte es para
el deporte" y no una máquina de hacer dinero, como subraya en el discurso
escrito que al Papa le ayudan a leer. "La impronta financiera del 'gran
deporte' ha crecido mucho", señala, "hasta el punto de correr el
riesgo, a veces, de hacer que el fútbol sea interesante sólo por razones de
interés económico". En cambio, observa Francisco, en el ADN mismo del
Celtic de Glasgow hay un valor diametralmente opuesto, que recuerda la
importancia de la solidaridad.
El Celtic Football Club, después de todo, se fundó en
1887 con el objetivo preciso de aliviar la pobreza en la ciudad de Glasgow. Se
trataba de una iniciativa verdaderamente caritativa, en beneficio de los más
pobres de nuestros hermanos y hermanas.
Buenos
modelos para los jóvenes
Esto da dignidad al deporte y, antes que eso, al
sentido de humanidad que un deportista no debe perder, sobre todo teniendo en
cuenta la influencia que ejerce un papel que siempre está en el centro de
atención. Sean, dice el Papa a los futbolistas, "buenos modelos,
especialmente para los jóvenes. El alto nivel que están llamados a alcanzar no
se refiere sólo a su capacidad deportiva o a los requisitos clásicos necesarios
para sobresalir, sino también a su integridad personal".
En este sentido, los hombres y las mujeres no sólo
deben ver en ustedes buenos futbolistas, sino también personas capaces de
delicadeza, hombres con un gran corazón, capaces de ser sabios administradores
de los muchos beneficios de los que disfrutan debido a su afortunada posición
social.
El Santo Padre recibió en Audiencia al Celtic Football
Club Limited.
Por ALESSANDRO
DE CAROLIS/Vatican News
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