Desde Roma: La guinda del pastel del Papa Francisco, bendecir las uniones entre personas del mismo sexo
La Iglesia Católica Romana se abre oficialmente a la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo. Después de muchos guiños e insinuaciones de que éste sería el resultado del actual pontificado, salió el comunicado oficial, poniendo negro sobre blanco. “No se debe prever ni promover un ritual para la bendición de las parejas en situación irregular.
Al mismo tiempo, no se debe impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a las personas en toda situación en la que puedan buscar la ayuda de Dios mediante una simple bendición. (n. 38)”, así lo dice la declaración Fiducia supplicans (18/12/2023) de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con la aprobación explícita del Papa Francisco.
La suerte está echada. Lo que había sido un debate de
una década entre quienes esperaban esta apertura, considerándola un avance de
la moral católica hacia una mayor inclusión, y quienes la veían como un signo
de la ruina irreversible del catolicismo romano, ahora está resuelto. Con una
“declaración” de alto valor jerárquico en la autoridad de los pronunciamientos
del Vaticano (los observadores señalan que la última declaración de la
Congregación fue el Dominus Iesus de Joseph Ratzinger que data del año 2000),
el catolicismo romano está ahora oficialmente a favor de bendecir las uniones
homosexuales, al igual que muchas iglesias protestantes liberales alrededor del
mundo.
Todo empezó con “¿Quién soy yo para juzgar?” (2013)
para llegar al “todos, todos, todos” en la Jornada de la Juventud de Lisboa
(2023). La trayectoria fue clara desde el principio: el entusiasmo inclusivo,
abrazador y “católico” del Papa Francisco y su distanciamiento de posiciones
que él llama “clericales” y “atrasadas”, pero que también son parte del bagaje
doctrinal del catolicismo romano. En el medio hay muchos pasos, entre ellos el
nombramiento del teólogo argentino Víctor Manuel Fernández, cercano a
Francisco, como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, quien
firmó la Declaración. Ahora Francisco tiene sus espaldas cubiertas incluso
dentro de la teología “oficial” del Vaticano. De hecho, Fiducia supplicans
contradice abiertamente otro documento de 2021 de la misma Congregación, cuando
el Cardenal Ladaria era Prefecto. Luego, respondiendo a las “dudas”
precisamente sobre la posibilidad de bendecir las uniones entre personas del
mismo sexo, el Vaticano respondió con un (algo) claro “no”. Sin embargo, dos
años después, la respuesta es “sí”. Evidentemente, la evolución hacia la
inclusión católica romana se ha acelerado aún más.
Eso sí: el Vaticano dice que no se trata de reconocer
las uniones homosexuales como matrimonio, que la doctrina católica no cambia,
que la bendición no es un sacramento sino un sacramental... Todas aclaraciones
doctrinales secundarias que no modifican el punto principal. La Iglesia
Católica Romana ofrece desde hoy oficialmente bendición a las parejas del mismo
sexo: algo que, además, ya está vigente (y desde hace años) en las iglesias
católicas romanas de muchos países europeos (por ejemplo, Alemania y Bélgica) y
latinoamericanas (por ejemplo, Argentina).
Los católicos romanos deben preguntarse si Fiducia
supplicans es consistente con el magisterio anterior o está en abierto
conflicto con él. Por su naturaleza, el catolicismo romano está en constante
movimiento para posiblemente abarcar al mundo entero dentro de las estructuras
institucionales sacramentales de su sistema romano. Al no depender ni guiarse
por el evangelio bíblico, el catolicismo romano fluctúa entre afirmar su poder
romano y acentuar su aceptación católica. En Dominus Iesus (2000), el Vaticano
reafirmó su comprensión romana de que la Iglesia católica era la única y
verdadera iglesia. Con Fiducia supplicans (2023), el Vaticano abre su abrazo
católico a las parejas del mismo sexo.
Fiducia supplicans es la guinda del pastel de su
pontificado. Los principales ingredientes de la receta jesuita de Francisco han
sido dos: somos “todos hermanos” (cristianos, no cristianos, ateos y
agnósticos: todos) y la Iglesia católica es el “hospital de campaña” de todos.
Ahora, también está la guinda del pastel.
Fiducia supplicans contrasta abiertamente con la
enseñanza bíblica. El Papa Francisco es un jesuita católico romano astuto que
conduce a su iglesia hacia la forma más “católica” que jamás haya tenido, pero
no hacia el evangelio de Jesucristo.
Por LEONARDO DE
CHIRICO
El autor es pastor en Roma.
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