"Hacer oídos sordos a Dios y a los demás no es cristiano": el Sumo Pontífice
CIUDAD DEL VATICANO (13 Diciembre 2023).- "El Evangelio pide abrir el corazón". La catequesis de la audiencia general de hoy concluye el ciclo de reflexiones sobre la pasión por la evangelización. Comentando el milagro de Jesús que devuelve el habla y la audición a un sordomudo, Francisco dice que la palabra "ábrete" dirigida a aquel hombre es repetida por Cristo a todo creyente: "Preguntémonos, ¿queremos ser testigos o nos contentamos con ser discípulos?"
"La pasión por el anuncio del Evangelio afecta a
todo cristiano": este es el mensaje central de la catequesis del Papa
Francisco en la audiencia general de este miércoles en el Aula Pablo VI, que
concluye la larga serie de reflexiones sobre la pasión por la evangelización o
celo apostólico. El pasaje evangélico escuchado narra cómo Jesús cura a un
sordomudo pronunciando sobre él la palabra "efatá". El milagro tiene
lugar en una zona habitada principalmente por paganos.
“Lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le
puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua. Después,
levantando los ojos al cielo, suspiró y dijo: Efatá", que significa
"¡Ábrete!". Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua
y comenzó a hablar normalmente. (Mc 7, 33-35)”
El Evangelio necesita de cada uno de nosotros
El Papa recordó que en la Biblia el mutismo y la
sordera indican "cerrazón a las llamadas de Dios", que hay una
sordera física, pero que "en la Biblia lo que es sordo a la Palabra de
Dios es mudo, porque no habla la Palabra de Dios". La invitación del
Maestro a abrirse se dirige a sus discípulos en arameo, pero la repite a los
discípulos de todos los tiempos, y también a cada uno de nosotros "que
hemos recibido la efatá del Espíritu en el Bautismo". Continúa el Papa:
"Ábrete", dice Jesús a cada creyente y a su
Iglesia: ¡ábrete porque el mensaje del Evangelio tiene necesidad de ti para ser
testimoniado y anunciado! Y esto nos hace pensar también en la actitud del
cristiano: el cristiano debe estar abierto a la Palabra de Dios y al servicio
de los demás. Los cristianos cerrados acaban mal, siempre, porque no son
cristianos, son ideólogos, ideólogos de la cerrazón. El cristiano debe estar
abierto: en el anuncio de la Palabra, en la acogida a los hermanos. Y por esto,
esta "efatá", este "abrirse", a abrirse, es una invitación
a todos nosotros.
¿Realmente amamos tanto al Señor que queremos
anunciarlo?
El Papa ha recordado que Jesús, al final de los
Evangelios, nos entrega "su deseo misionero: vayan más allá, vayan a
pastorear, vayan a predicar el Evangelio". Y concluyó su reflexión invitando
a todos a sentirse llamados a testimoniar y anunciar el Evangelio y a
interrogarse sobre la propia disponibilidad para hacerlo.
Hagámonos también nosotros esta pregunta, que cada uno
de nosotros se haga esta pregunta: ¿amo realmente al Señor, hasta el punto de
querer anunciarlo? ¿Quiero convertirme en su testigo o me contento con ser su
discípulo? ¿Tomo en el corazón a las personas que encuentro, las llevo a Jesús
en la oración? ¿Quiero hacer algo para que la alegría del Evangelio, que ha
transformado mi vida, haga también más bella la suya?
Hoy, como el pasado miércoles, al término de la
audiencia general, el Papa Francisco se dirigió a la Plaza de San Pedro, a
través del Arco de las Campanas, para contemplar de cerca el árbol de Navidad y
el belén instalados en la plaza y cuya inauguración tuvo lugar el pasado
sábado.
Por ADRIANA
MASOTTI/Vatican News
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