Hoy me confieso, un ser humano

El mundo y su cruce

Tan raro y extraño 

Que ni mundo parece 

Pero al fin y al cabo

Mundo es

Vivo tranquilo o por lo menos trato de estarlo, y de sobrellevar  y compartir espacio con las cosas que me agradan y las que no.

Con gente que se que sin querer queriendo o simplemente queriendo me hace o me intenta dañarme y otros, que ya me afectaron mucho. Dios, sea con ellos.

A veces trato de doblegar mis imperfecciones para no herir, ni agredir a quienes me rodean y me profesan amor, cariño, o amistad.

Y pido a Dios, que multiplique mis virtudes, porque pienso que  tal vez pocas, pero, caramba,  algunas  debo de tener, aunque, en ocasiones me asaltan las dudas, porque oigo y escucho más quejas y disgustos que vítores y aplausos de como soy, de lo que hago y de  cómo pienso.

Y sobreviviendo, además, en medio de esa lucha feroz, de mis demonios y los ángeles que como todo ser humano llevo en mi  adentros.

Otras veces, entregándome diariamente y encerrándome tercamente en mis ideas y creencias, otras, confiando ciegamente en las de los demás, error, por el que he pagado varias veces.

Porque siempre los demás me han dado lo que piensan que yo merezco.

Y yo lo tomo de buen gusto, porque no puedo ni quiero hacer pensar a los demás,  a pensar como yo pienso.

De así pasar, sería tropezar descalzo con la felicidad.

El universo, es tan grande y tan inmenso, que a todos nos permite llevar un mundo en nuestras cabezas, y aún así, les quedan mundos, para los que ni siquiera se atreven hacerlo, y prefieren inmiscuirse en los mundos de  los demás. 

Además sólo el dinero,  se da de más o de menos, si es de menos  duele, si se es honesto, si es demás se sufre por perverso.

El amor, si es amor, como amor se da, así  como tal, sin muchas complicaciones, ni diatribas, al extremo, que no exige perfección a lo amado, sólo ama y ya, si algo siente que faltare lo dona, lo entrega, lo pone para  complementar el todo,   sin reparos.

Cuando se ama se  abraza, porque el abrazo, es tan sublime como el beso,  y a veces, algo más.

¡Oh de unos ojos hermosos, que con una tierna mirada, se convierten en la luz que  permite ver un corazón enamorado. 

Me confieso un hombre enamorado, me gusta querer y sentirme querido, con un corazón a veces puto y cumbanchero, pero bohemio, medio loco y soñador.

Amante de las cervezas, de emborracharme, de disfrutar de una romántica y hermosa balada de un buen bolero, de todo cuanto huela amor.

Me confieso cascarrabias, algo celoso y dicen que soy controlador, ¡anja y como le hago!, esas son fallas de fábrica,  inherentes a mi, a ese yo, tierno y amoroso que a veces soy. Que sólo ama mucho cuando quiere, y quiere mucho cuando ama.

Es más, con mis virtudes y defectos,  hoy confieso que soy, un ser humano. 

Feliz año nuevo a todos los lectores.  gracias por leerme.

Con Dios, siempre.

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