¡Esa si ta buena!, la “vua” a cogé pa mi’

El mundo y su cruce 

Tan raro que ni el mundo parece

 Pero al fin y al cabo

El  Mundo es

En busca de medicamentos 

Me topé en la farmacia 

Con una amiga de antaño 

A  la que   hacía años no veía.

Al vernos, ella, emocionada

Por tan exquisita  sorpresa

exclamó:

¡Muchacho, pero tu no te pones viejo!

¡Guao!  ¡Estás igualito!, ¡hasta la barriga, te queda bien!

Y nos confundimos en un fuerte abrazo, nos dimos un par de besos en las  mejillas y uno equivocao, dizque sin querer.

A mi no me salían palabras,

Solo sonreía ensimismado, imagínense, ella dijo, que hasta mi  panza me quedaba bien, ¡cuánto tiempo que nadie me halaga así!

Pellizcaba mis cachetes, y hasta una oreja me jaló, diciendo, “la verdad que eres malo”

Y volvió abrazarme,  ¡Dios mio, cuantos recuerdos! Dijo

Fue ahí cuando un amigo que observaba aquel electrizante encuentro, me preguntó, ¿ Cabrera, pero ustedes se quieren mucho?

Y yo en medio de tanta emoción y sin meditar bien mis palabras, respondí:

Es que ella es la madre de mis tres  o cuatro primeros hijos, lo que pasa es  que  no nacieron.

Todo el que me oyó estalló en risas.

En medio del revuelo, hubo alguien que vociferó, ¡esa si ta buena! la voy a cogé pa mi.’

Observé, que un señor, secaba las lágrimas de sus ojos con un pañuelo, como se dice por ahí, muerto e’ la risa.

Pero siendo sincero, yo no sé por  qué se reían tanto de lo que dije.

La verdad  que no entendí.

Creo que ella tampoco, aunque me dijo, tú no cambias, siempre tan “relambío y sabrosito”

Salimos de ese lugar y colorín colorao y pa que les cuento.

Ese es el mundo y su cruce

Tan raro que,

 ni mundo parece 

Pero al fin y al cabo 

El mundo es


Por LEONARDO CABRERA DIAZ 

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