La Misa de Pascua en la Basílica San Pedro presidida por el Papa Francisco

CIUDAD DEL VATICANO (31 Marzo 2024).- Con más de treinta mil peregrinos de los cinco continentes, la celebración del anuncio de la Resurrección en el atrio de la basílica vaticana adornado con las hermosas flores de Holanda. Largo recorrido en el papamóvil al final de la misa para la bendición de los fieles.

El viento de una primavera que hace florecer de nuevo la tierra y el Aleluya repetido sin cesar por la Schola cantorum mientras los diáconos abren las puertas del icono del Santísimo Salvador.

El Papa Francisco presidió, con más de trescientos concelebrantes entre cardenales, obispos y sacerdotes, la misa de Pascua en el atrio de la basílica vaticana decorado con miles de flores fruto de la generosa contribución de floristas holandeses con la colaboración de los trabajadores del Servicio de Jardines y Medio Ambiente.

Durante la liturgia, que comenzó con el rito del Resurrexit, numerosos fieles romanos y peregrinos de todo el mundo llenaron la plaza de San Pedro desde primeras horas de esta mañana de Pascua de Resurrección.

Renacer en la luz de la vida


"Renacer en la luz de la vida, renovados por tu Espíritu”

“Si nos dejamos llevar de la mano de Jesús, ninguna experiencia de fracaso y dolor, por mucho que nos duela, puede tener la última palabra sobre el sentido y el destino de nuestras vidas”.

La liturgia de la Palabra remitió a la experiencia narrada en el capítulo 10 de los Hechos de los Apóstoles (Hemos comido y bebido con él después de la resurrección de entre los muertos); a la aclamación del Salmo 117 (Este es el día que ha hecho el Señor: regocijémonos y alegrémonos); y de nuevo a la invitación de San Pablo dirigiéndose a los Colosenses.

El Evangelio de Juan, proclamado primero en latín y luego en griego, corresponde a ese maravilloso relato de María Magdalena yendo al sepulcro del que se había retirado la piedra, de los apóstoles corriendo y de ese sudario "envuelto en un lugar aparte".

Invocaciones por la paz


La asamblea, que ocupaba toda la plaza de San Pedro y la Vía della Conciliazione, con las obras por el Jubileo del año próximo al fondo, se reunió en silencio para la reflexión personal. En primera fila, como de costumbre, fieles en sillas de ruedas flanqueados por monjas. Y de nuevo en latín la oración del Credo y luego las voces de la Oración universal en esta ocasión en árabe, español, tamil, portugués y chino.



Por ANTONELLA PALERMO/Vatican News




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