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“Entre aplausos, vítores y elogios”

San Cristóbal, definitivamente, es un pueblo con suerte, con mucha suerte.

Realmente, se puede decir, que  este es  un pueblo bendecido por Dios.

Premiado de tal manera, que sus  funcionarios electos o   designados  son más que eficientes; muy buenos.

Sin exagerar se podría afirmar  que son  excelentes.

Que de no ser,  están entre los mejores y más dedicados del país.  

Y qué decir, de los dirigentes políticos de la  oposición, siempre preocupados, “guao”, atentos y solícitos.

Pendientes de la más mínima necesidad de nuestra gente para elevar  su  voz  en busca de solución.

Aunque casi nunca se requiere de su intervención, por la idoneidad de las autoridades, motivo por el cual,  prácticamente, San Cristóbal, no adolece, ni carece  de nada.

A tal grado, que diferentes organismos internacionales han enviado sus técnicos y representantes para ser orientados al respecto.

Intrigados y más que curiosos, en  saber cual es la  fórmula; el truquito, el meneo, la vuelta.

Para así, poder replicar en otros países, el plan de trabajo aquí implementado, que ha provocado que nuestros funcionarios hayan  sido objeto  de tantos lauros y reconocimientos.

Además de que  frecuentemente son  invitados a cónclaves y foros Latinoamericanos y Europeos, para exponer por ejemplo, el método  aplicado  en el tránsito urbano e interurbano de esta ciudad. 

Especialmente, en lo que concierne a la sincronización de los  semáforos.

Lo que ha posibilitado una  fluidez y agilidad vehicular, que se traduce de forma significativa, en la economía de tiempo y combustibles.

Contribuyendo con la salud,  al evitar molestias entre   conductores y transeúntes, que ya no cogen piques, ni hacen “mala sangre", ni maldicen a ninguna autoridad.

Ya no hay  tapones ni embotellamientos en calles y avenidas, ni siquiera en las horas pico.

Los agentes de tránsito solo salen a las calles, en casos especiales, como una visita de alto nivel, o para no perder la costumbre de poner  contravenciones de tránsito 

Otro aspecto encomiable  es   la facilidad de acceso a las  emergencias del Hospital Juan Pablo Pina, sus vías adyacentes, y  sus entradas siempre están despejadas.

Permitiendo que  ambulancias y demás vehículos lleguen sin ningún problema con las personas que requieren de atenciones médicas urgentes.

A decir verdad, esta ciudad, es un ejemplo tangible, del trabajo arduo y tesonero de nuestras autoridades, reflejado  en la eficiencia de casi todos los  servicios públicos.

Es por ello, que por doquier se observan   munícipes con rostros alegres,  sonrientes y complacidos, disfrutando a todo dar, del San Cristóbal, que merecemos 

¡Ah caray!, se me olvidaba mencionar, el jonrón con las bases llenas de nuestras autoridades.

Las  gramas del estadio de fútbol Rosendo Sepúlveda,  reinaugurado hace varios meses, lucen impecables, nítidas, algo fuera de serie,  parecen sintéticas.

La satisfacción que siente la población sancristobalense, es impresionante, no existe  razón alguna para quejarse, porque aquí “to ta bien”, o por lo menos así parece.

Y todo  discurre plácidamente “entre aplausos, vítores y elogios” 

Con Dios siempre, a sus pies.


Por LEONARDO CABRERA DÍAZ 

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