El estadio municipal de San Cristóbal, Temístocles Metz, otrora hogar de los Caimanes del Sur, luce realmente extraordinario, impresionante y majestuoso.
A estas instalaciones acuden diariamente cientos de jóvenes prospectos que vienen a entrenarse, atraídos por las grandes facilidades y comodidades y, de paso, disfrutar de esta hermosa estructura, construida en el año 1978, pero que aún mantiene intacto su exquisito diseño arquitectónico.
Este hecho ha concitado los más encomiables elogios de importantes profesionales y la admiración de toda la población.
Personalidades de otras localidades tal como si fueran turistas, vienen a tomarse fotos para tenerlas como un inolvidable recuerdo.
Otro aspecto a destacar del moderno Estadio Temístocles Metz, es la particularidad del techo que cubre su palco central, pues es totalmente transparente.
Esta “alta tecnología” proporciona a los fanáticos además del partido de béisbol, disfrutar de los candentes rayos solares o de la lluvia, dependiendo de las condiciones climáticas del día.
Cuando la actividad es nocturna, permite apreciar las luces de sus imponentes torres que hacen pensar que estamos en un “Nueva York chiquito"
Sus asientos reclinables, al igual que el techo, y su malla protectora completamente virtual, obliga a los espectadores a estar atentos a cada jugada, no vaya a ser cosa de que un foul estropee el momento.
Su verja perimetral consta de un sofisticado sistema que brinda mayor seguridad a los vehículos estacionados en los amplios parqueos, diseñados de tal manera que su pavimento está apto para el cultivo.
Realmente, el Temístocles Metz es un estadio de Grandes Ligas.
Cuenta con fascinantes y confortables baños, camerinos, dogouts, túneles, gradas, oficinas, y un excelente personal administrativo y de apoyo.
Pero donde se paran las aguas, es con su terreno de juego, tan impresionante como el del Yankee Stadium.
Es por ello que este estadio, constituye un orgullo de todos los sancristobalenses, especialmente de los movimientos deportivos, principalmente, para las escuelas que en él, forman peloteros para las grandes ligas.
Orgullo por demás, para nuestras autoridades, legislativas, municipales y en las altas instancias, que exhiben el estadio Temístocles Metz, como su gran obra, su mejor sonrisa con la satisfacción del deber cumplido, aplausos pues.
Solo resta esperar que se cante play ball, en el inicio del próximo torneo Otoño Invernal, para ver en el terreno de juego a nuestro poderoso equipo “Los Olvidados del Sur”
Con Dios siempre, a sus pies.
Por LEONARDO CABRERA DÍAZ
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