El Papa Francisco llama a rezar por las víctimas del ciclón en Mayotte y por el fin de las guerras e instalar belenes en las casas por Navidad
CIUDAD DEL VATICANO (18 Diciembre 2024).- Al final de la audiencia en el Aula Pablo VI, el Papa recordó la catástrofe en el archipiélago frente a Mozambique, relanzó su llamamiento por la paz en el mundo y repitió que «la guerra es siempre una derrota». Agradecimiento por la «bella acogida» en Córcega e invitación a instalar belenes en las casas por Navidad.
A los siete mil
participantes reunidos en el Aula Pablo VI para participar en la última
audiencia general antes de Navidad, Francisco, entre sus llamamientos
post-catequesis, recordó a los habitantes del archipiélago de Mayotte devastado
en los últimos días por un violentísimo ciclón, del que se temen quizás miles
de víctimas.
“Que Dios conceda el
descanso a los que han perdido la vida, la asistencia necesaria a los
necesitados y el consuelo a las familias que han sido afectadas”
La guerra es una derrota
Francisco no se cansa de invocar el don de la paz y lo hace mencionando a la «martirizada Ucrania» al dirigirse a los fieles polacos y sobre todo al saludar a los grupos italianos:
“No olvidemos a los pueblos que sufren por la guerra: Palestina, Israel, y todos los que están sufriendo, Ucrania, Myanmar... No olvidemos rezar por la paz, para que terminen las guerras. La guerra, no lo olvidemos, siempre es una derrota, ¡siempre! La guerra siempre es una derrota”
Un corazón abierto,
especialmente a los pobres
Que las tradiciones navideñas sean signo de disponibilidad para la acogida y de un corazón generoso. Lo recuerda el Papa cuando desea que en las casas «haya un belén». Es un «elemento importante de nuestra espiritualidad y de nuestra cultura», dice Bergoglio, «un modo sugestivo de recordar a Jesús que vino “a habitar entre nosotros”». Y entre las costumbres de este tiempo, recuerda también, en su saludo a los peregrinos polacos, que en el país se parte el oplatek, el pan de Navidad. Que este gesto de caridad, paz y perdón -es su deseo- sea expresión de un corazón abierto a todos los que encuentren en su camino». Francisco exhorta a perseverar en el recuerdo, especialmente de los pobres, de las personas solas, de las víctimas de las inundaciones.
El recuerdo de la
hermosa acogida en Córcega
En su saludo a los
peregrinos francófonos, el Papa se dirigió en particular a los alumnos de las
distintas escuelas de París y Dijon, así como a los fieles que acompañaban las
reliquias de Santa Teresa del Niño Jesús. A continuación, recordó su viaje a
Córcega del domingo pasado y subrayó la acogida tan calurosa que le
dispensaron. Dijo que le impresionó especialmente el «fervor de la gente» y la
constatación de que aquí «la fe no es un asunto privado». A continuación, un pensamiento
para el gran número de niños presentes en Ajaccio, algo que ya había señalado a
los periodistas durante el vuelo de regreso a Roma: «¡una gran alegría y una
gran esperanza!».
Que los ancianos no estén solos en Navidad
La catequesis sobre
la genealogía de Jesús hace referencia a los antepasados, «a nuestros abuelos y
a la riqueza de todos los ancianos», repite el Papa en sus saludos a los fieles
de lengua portuguesa. Es una ocasión para subrayar el valor de los ancianos, y
lo hace el día después de su cumpleaños: «Son un don de Dios que hay que
agradecer y cuidar. No dejemos que estén solos durante las próximas fiestas de
Navidad», subraya.
Por ANTONELLA PALERMO/Vatican News
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