"No a los trabajos humillantes, tengan sueños y metas", el llamado del papa Francisco a los jóvenes
CIUDAD DEL VATICANO (17 Diciembre 2024).- En el mensaje dirigido a los participantes en la tercera edición del "LaborDì", promovido por la ACLI de Roma, el Papa insta a las nuevas generaciones a no ceder a contextos profesionales "contaminados", donde es normal "hacer que todo salga bien", "sólo para obtener "prestigio social" o "dinero". La fría "actuación" de las máquinas siempre irá acompañada de la creatividad y la "imaginación" humanas.
Una invitación a no ceder ante peticiones que
"humillan", que muchas veces hay que obligarse a "hacer
bien" para abrirse camino en un contexto, el del mundo del trabajo,
"contaminado" por modelos difíciles de aceptar. Modelos en los que el
prestigio social y el dinero parecen ser los únicos objetivos. Ambientes en los
que el "rendimiento" de las máquinas "no lo es todo", y
donde es imprescindible apoyar "la imaginación con la que Dios nos hizo a
todos diferentes".
Saliendo
de las "cuevas", estamos hechos "para la luz"
"Somos 'piezas únicas', ayudémonos unos a otros a
recordarlo", es la exhortación que el Papa Francisco reserva a los
participantes en la tercera edición de "LaborDì", el proyecto
destinado a "promover y poner el trabajo decente en el centro" organizado por la Asociación cristiana de
trabajadores italianos (ACLI) de Roma.
"Quizás el trabajo os ha parecido hasta ahora un
problema de adultos. Como anciano obispo de Roma, quisiera decirles: ¡no es
así!", explica Francisco, destacando el compromiso y la energía necesarios
para el crecimiento de la nuevas generaciones. Cada uno puede "haber
desperdiciado buenas oportunidades", pero no debe cansarse nunca de salir
de sus "guaridas": esos refugios construidos cuando surgen
"confusión y amenazas".
“Pero en realidad estamos hechos para la luz, para el
aire libre. Así, una vez superada la adolescencia, el escenario del mundo se
abre ante vosotros. Puede parecer abarrotado y distraído cuando llegue; y aún
así, aún falta tu aporte, lo que siempre se te ha esperado. Con vosotros – y
quisiera decir a cada uno: con vosotros – lo nuevo entra en el mundo. Todo,
realmente todo puede cambiar”.
Una
"revolución suave" basada en las relaciones y la singularidad
Desde el "grito de la Tierra" y su
"modelo equivocado de desarrollo", el Papa reflexiona sobre la
interconexión presente entre cada ser humano citado en la encíclica Laudato
si'. El mundo del trabajo también es "humano", aunque a veces esté
contaminado "por dinámicas y comportamientos negativos que a veces lo
hacen inhabitable". En los entornos profesionales son precisamente
"nuestros vínculos" los que cuentan más que "los números y los
resultados". Cultivarlos, uniéndolos a la "conciencia" de la
propia "singularidad -que independientemente del éxito o del
fracaso-", puede desencadenar una "revolución suave".
El
corazón, "lugar de las decisiones", donde "surgen los
sueños"
El Papa recuerda la imagen de la obra, propuesta
durante la segunda edición de LaborDì, también familiar para las obras con
vistas al Jubileo. Este año, sin embargo, nos invita a reflexionar sobre el
corazón. Éste, presente "también en los mensajes que os intercambiáis cada
día", es en la Biblia "el lugar de las decisiones", donde
"nacen las aspiraciones", "nacen los sueños", "las
resistencias se hacen sentir" y "la pereza".
“Tú conoces tu corazón: ¡guárdalo! A veces puede dar
miedo y puedes fingir que no lo sientes, pero sigue siendo nuestro, inviolable.
Siempre podemos volver allí. Y allí, si tenéis el don de la fe, sabéis que Dios
os espera con infinita paciencia”.
El
"respirar en el cuello" que provoca soledad y resignación
El Papa denuncia la velocidad, a menudo opresiva, que
caracteriza el contexto laboral actual. "Respirando en el cuello" de
muchas personas, sus "muchas peticiones, a veces demasiadas indicaciones y
recomendaciones", no deben alienar a las nuevas generaciones, apagar sus
sueños, dejarlas "solas y resignadas".
“El corazón sabe notarlo y, cuando es así, debemos
pedir ayuda y hacer equipo con quienes nos conocen y se preocupan por nosotros.
Tienes que elegir”.
El
riesgo de convertirse en "engranajes de una máquina"
La entrada al mundo del trabajo se realiza, según
Francisco, "juntos". De lo contrario, el riesgo es convertirse en
"engranajes de una máquina", donde aquellos "que tienen poder
podrían hacer cualquier cosa con nosotros". Un modelo contrario a esta
alienación es el de la ACLI, donde "las intuiciones del corazón" se
transforman en "vínculos sociales".
“El corazón busca amistades, piensa sin aislarse, se
calienta identificándose. El corazón puede ser flexible y generoso. Sabe
renunciar a algo, pero persiguiendo el ideal. Sabe fijarse objetivos, pero
presta atención a cómo se consiguen”.
La
imaginación humana, "que crea lo que aún no existe"
El incumplimiento de estos requisitos pone en peligro
"la dignidad humana de quienes trabajan, o no pueden encontrar trabajo, o
adaptarse" a un trabajo "indigno". Las tareas de las máquinas
deben ir acompañadas de la inteligencia enteramente "humana" del corazón,
"la razón que escucha las razones de los demás, la imaginación que crea lo
que aún no es".
Los
adultos no corrompen la "novedad" de los jóvenes
Finalmente, Francisco agradece a los adultos
presentes, invitándolos a no doblegar a los jóvenes "a las razones de la
existencia". "No corrompamos la novedad", añade, instándonos a
introducirlos paso a paso "a los largos tiempos e incluso al peso de las
responsabilidades", confiando "en lo que se siembra en sus
corazones". Allí germina "la obra que no aliena, sino que
libera".
Por EDOARDO
GIRIBALDI/Vatican News
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