Cuba sobre las medidas del Gobierno de Estados Unidos: "La exclusión de la lista terrorista no es más que el reconocimiento de la verdad"
LA HABANA, Cuba (16 Enero 2025).- «Seria, importante y en la dirección correcta, aunque muy limitada y tardía». De esa manera se refirió, ayer, el miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, a las medidas dadas a conocer el pasado martes por el Gobierno de Estados Unidos, que excluyen a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo; indican la suspensión del derecho a iniciar una acción en virtud del Título iii de la Ley Helms-Burton de 1996, y eliminan la lista de entidades cubanas restringidas con las cuales los ciudadanos e instituciones estadounidenses tienen prohibido transacciones financieras, lo que ha tenido efecto en terceros países.
Al responder por qué ahora estas disposiciones, el
Canciller aseguró ante la prensa que «la administración estadounidense ha
tomado estas decisiones porque su plan ha fracasado, porque la visión de
provocar el colapso de la economía cubana, la explosión social (…), sigue sin
poder alcanzar sus objetivos».
Subrayó que las medidas constituyen el reconocimiento
de que la suya contra Cuba es una política obsoleta, fallida, que no tributa a
los objetivos ni a los intereses nacionales de ee. uu., ni tiene el apoyo de
los ciudadanos estadounidenses, ni de los cubanos residentes en ese país; que
provoca un aislamiento mundial, un descrédito a su política exterior, que dañan
instrumentos que, supuestamente, el Gobierno de Estados Unidos necesita para
hacer cumplir determinados objetivos de su agenda internacional.
«Lo que habría que preguntar al Gobierno de Biden es
por qué ha esperado hasta este momento para hacer lo que pudo haber hecho desde
su elección, porque en su plataforma electoral se comprometía a adoptar cambios
significativos en la política de los Estados Unidos», afirmó.
Recalcó que, con esta decisión, ha quedado demolida la
lista de países patrocinadores del terrorismo. No existe más, nadie más podrá
creer en ella, porque es una confirmación absoluta y tangible de que no tiene
fines de enfrentamiento al flagelo del terrorismo, sino que es un mero y vulgar
instrumento de coerción política contra Estados soberanos», agregó.
«Si viniera otro presidente y volviera a incluir a
Cuba en la lista, habría que preguntarse cuáles son las razones, qué dirían las
agencias del gobierno estadounidense de aplicación de la ley, dónde quedaría la
credibilidad del Gobierno», cuestionó.
Sobre la posibilidad de que estas decisiones no se
sostengan en el tiempo, dijo que «son medidas ejecutivas que podrían
revertirse», expresó, aunque enfatizó en que «va a ser difícil explicarlo, si
ocurriera».
El Ministro de Relaciones Exteriores refirió haber
leído, al respecto, «opiniones de algunos de los que redactaron las medidas
anteriores –y que participaron, protagonizaron y provocaron el retroceso en la
relación bilateral– señalando que les tomará tiempo y trabajo revertirlas».
En cuanto a la política exterior de cada Estado,
puntualizó que «no debería someterse a los vaivenes de los distintos Gobiernos,
ni mucho menos a los caprichos de la política doméstica o de las competencias o
argucias electorales».
Al abordar la importancia de la exclusión de la Isla
de esta lista, argumentó que «ha sido el reconocimiento de la verdad». Insistió
en que Cuba nunca debió entrar en esa lista, fundamentalmente por su condición
de víctima del terrorismo.
El Canciller dijo que esta medida «carecía de
cualquier credibilidad o prestigio a escala internacional», pero sus efectos
prácticos, sobre todo en el sector financiero, son extraordinarios.
«Será muy difícil mantener las medidas coercitivas que
se derivan de esta lista, y que limitan el acceso a las instituciones y
servicios financieros en cualquier país», valoró y recordó las trabas que
suponía la inclusión de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo para la
importación de insumos de productos de primera necesidad para el pueblo cubano,
la prohibición a los ciudadanos europeos y de otros países a utilizar el
sistema de autorización electrónica de visas estadounidenses.
Respecto al Título iii de la Ley Helms-Burton, acotó
que está destinado a intimidar a terceros países. «Contiene una arbitrariedad y
una violación del derecho internacional brutal, que es pretender juzgar en
cortes estadounidenses a personas, entidades y compañías de terceros países o
cubanos por sus vínculos económicos con la Isla, fuera de la jurisdicción
estadounidense o sin ninguna relación con los Estados Unidos».
Opinó que es también el reconocimiento de que lo que
se vino haciendo era ilegal y arbitrario, con un gran efecto no solo en el
derecho internacional, sino en el flujo de inversión capital hacia Cuba, acceso
a la tecnología, al mercado y de amenaza en contra de las soberanías
extranjeras.
Sobre la tercera decisión firmada por Biden, el
Canciller comentó que es una directiva que le da órdenes a casi todo el
Gobierno de Estados Unidos.
«Dentro de ese memorando ha quedado eliminada también
una de las atrocidades del bloqueo a Cuba, que es la llamada lista de entidades
restringidas, de 2022, que lo mismo afecta a entidades públicas que a servicios
del sector privado en nuestro país.
«El paso que corresponde es seguir levantando elementos
del bloqueo, dejar a los cubanos vivir en paz. Defenderemos con todo vigor y
determinación nuestra independencia y nuestra soberanía frente a cualquier acto
de injerencia, de observancia de nuestra Constitución y a la aplicación de
nuestras leyes, igual que preservamos la seguridad nacional, el orden interior
y la seguridad ciudadana», sentenció.
Destacó la importancia que tiene «considerar que, pase
lo que pase con relación a estas medidas en el futuro, son un hecho importante,
un acontecimiento que ha recorrido el mundo, y que ha recibido muy amplio apoyo
internacional en pocas horas».
Reiteró, además que «el gobierno de Cuba, de manera
histórica y persistente, ha propuesto al gobierno de los Estados Unidos de
América sostener un diálogo respetuoso y responsable, sobre las bases de la
igualdad, la soberanía y el respeto mutuo, sin injerencia en los asuntos
internos de nuestros países».
No hay comentarios.: