MIAMI, Estados Unidos (6 Marzo 2025).- La semana pasada, Blue Origin confirmó que la cantante Katy Perry viajará al espacio a bordo del New Shepard. La noticia, sin duda, abre la puerta a reflexionar sobre si estos viajes son solo un lujo reservado para millonarios o son el primer paso hacia una nueva era de exploración espacial que, eventualmente, pueda ser accesible para todos.
Perry se suma así a una lista de celebridades que ya
han experimentado la ingravidez en la frontera del espacio, como el actor
William Shatner, famoso por su papel de Capitán Kirk en Star Trek, quien con 91
años se convirtió en 2021 en la persona de más edad en viajar al espacio.
"Fue lo más profundo que he vivido. Ver la Tierra
desde el espacio es un recordatorio de lo frágil y hermosa que es nuestra
existencia", dijo la estrella de Hollywood.
Más recientemente, el presentador de televisión y
aventurero español Jesús Calleja también completó esta experiencia, la que
describió como "una de las más impactantes de su vida".
"Mirar la Tierra desde arriba te cambia la
perspectiva. Te das cuenta de lo frágil que es nuestro planeta y de cómo
estamos todos conectados. Es una experiencia que te hace valorar mucho más la
vida y el mundo en el que vivimos", declaró tras su regreso.
El
auge del turismo espacial
"Lo que estamos viendo ahora es el nacimiento de
una industria. No es muy diferente a lo que sucedió con la aviación comercial
en sus inicios, cuando solo los más ricos podían permitirse volar",
explicó Manu Mazzanti, editor de ExploracionEspacial.News y una de las voces
más autorizadas en Estados Unidos sobre divulgación de misiones espaciales.
"En ese momento, los vuelos eran un lujo
inalcanzable para la mayoría. Hoy, tomar un avión es algo cotidiano. Lo mismo
sucederá con los viajes espaciales", aseguró a la Voz de América.
El experto destaca que el rol de las celebridades en
estos viajes también cumple un propósito estratégico.
"Cuando un personaje famoso como Katy Perry va al
espacio, se genera una gran atención mediática. Eso puede despertar el interés
de nuevas generaciones por la exploración espacial y la ciencia. No es solo una
cuestión de dinero; es parte de una estrategia para normalizar estos viajes y
hacer que el público los vea como algo alcanzable", subrayó.
Accesible,
por ahora, solo para algunos bolsillos
A pesar de que el precio de un viaje suborbital con
Blue Origin ronda el millón de dólares, los requisitos físicos para participar
no son tan restrictivos como podría pensarse.
"No se necesita un entrenamiento de astronauta.
Si no tienes problemas graves de corazón y puedes soportar fuerzas como esas,
puedes hacerlo. Jesús Calleja, por ejemplo, relató que el momento más
impactante del viaje fue la transición entre la ingravidez y el regreso a la
gravedad terrestre, algo que describió como 'una sacudida brutal, pero inolvidable'",
recordó Mazzanti.
Los viajes suborbitales de empresas como Blue Origin y
Virgin Galactic ofrecen solo unos minutos de ingravidez, pero ya hay planes
para experiencias más prolongadas en órbita. "Estamos viendo cómo SpaceX,
por ejemplo, está trabajando en misiones de varios días que podrían llevar
turistas alrededor de la Tierra sin necesidad de acoplarse a la Estación
Espacial Internacional", dijo Mazzanti.
"Estas misiones orbitales aún son extremadamente
costosas, pero marcan el camino para que en un futuro el turismo espacial sea
algo común", agregó.
El
papel del sector privado
Además, en los últimos años el sector privado ha
pasado a desempeñar un papel clave en la exploración espacial. Empresas como
SpaceX, Blue Origin y Virgin Galactic están sumando esfuerzos para impulsar
nuevos proyectos fuera de la Tierra, algo que desde la Agencia de Aeronáutica y
el Espacio de Estados Unidos (NASA, en inglés) han recibido con agrado.
"La NASA ha reconocido que necesita el apoyo de
empresas privadas para sus misiones. SpaceX, por ejemplo, no solo transporta
astronautas de la NASA, sino que también ofrece vuelos comerciales y misiones
privadas, como la futura FRAM2, que será la primera en orbitar sobre los polos
terrestres", afirmó Mazzanti para evidenciar cómo este sector ha ido creciendo
en los últimos tiempos.
Las misiones privadas también han abierto la puerta a
nuevas oportunidades. "En los próximos años, veremos estaciones espaciales
comerciales operadas por empresas como Axiom Space, Starlab y VAST. La NASA
incluso planea alquilar módulos en estas estaciones para continuar sus
investigaciones cuando la Estación Espacial Internacional deje de operar en
2030", apuntó Mazzanti.
"No sería descabellado pensar que una cadena de
hoteles podría instalar un módulo espacial para turistas. (La cadena de
hoteles) Hilton ya ha mostrado interés en ello", pronosticaba.
Planes
de futuro
Las compañías espaciales insisten en que su objetivo
es democratizar el acceso al espacio en un futuro relativamente cercano.
"Queremos que en el futuro cualquiera pueda viajar al espacio", ha
declarado Blue Origin en varios comunicados. Virgin Galactic, por su parte,
enfatiza que "cada lanzamiento nos acerca más a hacer del espacio un
destino habitual".
Según Mazzanti, la tendencia se hace cada vez más
evidente. "Ahora mismo, estos viajes están reservados para unos pocos,
pero eso va a cambiar. A medida que la tecnología avance y se logren economías
de escala, los costos disminuirán. En unos 20 o 30 años, podría ser tan común
como tomar un avión", señaló.
Incluso, el experto consultado por la VOA aseguró que
no sería tan descabellado pensar que en un futuro no tan lejano, podría ser
normal que los viajeros espaciales incluso pudieran reservar sus boletos en
agencias de turismo y elegir entre distintos paquetes de experiencia en el
espacio. "Lo que hoy parece una locura, en unas pocas décadas podría ser
parte de la vida cotidiana", concluyó Mazzanti.
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