El base Tyrese Haliburton demuestra por qué es el rey de la remontada con una agónica victoria de los Pacers en Oklahoma
OKLAHOMA CITY, Oklahoma (6 Junio 2025).- La señal llegó en forma de lluvia torrencial. Relámpagos incluidos. “Bienvenidos al clima de Oklahoma”, gritaba un aficionado que se protegía de la lluvia bajo el techo del Paycom Center, el estadio de los Thunder. Pero el verdadero chasco lo dio en la cancha Tyrese Haliburton con un tiro agónico que dejó mudos a los 18.000 aficionados locales. El base de los Indiana Pacers recordó por qué los campeones del Este han sido los reyes de la remontada en estos playoffs, la quinta vez en las eliminatorias que voltean más de 15 puntos de diferencia. La estrella anotó un agónico tiro en el aire en la última posesión, y después de ir abajo en el marcador durante todo el partido. Indiana da la sorpresa y se lleva el primero de la serie, 110-111. El segundo encuentro se jugará el domingo en el mismo escenario.
Los Pacers llegaron a ir 15 puntos abajo en el
marcador. El dominio de Oklahoma fue prácticamente total. Se impusieron en los
puntos dentro de la pintura y en los contraataques. Al ir rezagados casi todo
el encuentro, Indiana apostó por los tiros en profundidad, consiguiendo en el
último cuarto un parcial de 12-2. La estrategia le funcionó al equipo que más
triples ha encestado en la postemporada. Los Pacers anotaron seis en el último
cuarto: dos de Myles Turner, dos de Obi Toppin, uno de Aaron Nesmith y otro de
Andrew Nembhard.
Haliburton solo anotó cuatro puntos en el cierre, pero
hizo lo que mejor sabe hacer, clavar la daga final. Encestó saltando dentro de
la zona y dejó a Oklahoma con solo tres décimas en el reloj. Con el sello de la
casa, los Pacers lograban así su quinta remontada de estos playoffs yendo abajo
por 15 puntos o más. Es el equipo que más disgustos de estos ha dado a sus
rivales en 27 años en la NBA.
“Es en esos momentos cuando el equipo confía en mí y
me da la pelota”, aseguró Haliburton con la picardía de un niño que ha cometido
una travesura. “Es muy divertido ganar”, ha añadido el base, quien registró un
doble doble de 14 puntos y diez rebotes, además de seis asistencias. Haliburton
tardó en carburar, pues rompió el cero con su primera canasta en los últimos
minutos del primer cuarto. La mayor parte de la noche se había topado con el
muro defensivo alzado por el canadiense Lu Dort (15 puntos, cuatro robos y dos
tapones) y Alex Caruso (once puntos, tres robos y dos tapones).
La derrota amargó la noche para una afición que ha
pintado de azul cielo la ciudad. La vida se había suspendido este jueves en la
capital del Estado de Oklahoma para seguir la primera final que disputan desde
2012. Dos horas antes del encuentro ya había colas afuera del estadio, donde se
vivía un gran ambiente. Dentro, esta afición dejó claro por qué es considerada
una de las más escandalosas de la NBA. Con gritos y abanicos elevaron el ruido
hasta los 106 decibelios, según mostraba un sonómetro en la pantalla. Los
aficionados estaban vestidos todos de blanco y no se sentaron durante los 48
minutos en los que la bola estuvo en movimiento. Al final de la noche, no obstante,
el silencio era denso.
“Hemos perdido primeros partidos antes. Tenemos que
aprender la lección y ser mejores en el futuro”, aseguró un cariacontecido Shai
Gilgeous-Alexander. El MVP de la temporada tuvo otra noche inspirada con 38
puntos, tres robos y tres asistencias. Diez fueron encestados en el último
periodo. Los Thunder perdió en este mismo escenario el arranque de la semifinal
del Oeste contra los Denver Nuggets, y gracias a una canasta de Aaron Gordon.
Aquella serie se extendió a siete partidos y parecía ser la prueba más dura
para Oklahoma hasta que Haliburton y sus compañeros aparecieron esta noche.
Todo había marchado bien para Oklahoma en la primera
mitad. Al punto de que podía acusarse cierto exceso de confianza. Los titulares
del equipo ni siquiera abandonaron la cancha durante el medio tiempo.
Gilgeous-Alexander se quedó ensayando triples junto a Chet Holmgren, quien tuvo
dificultades para encontrar la canasta. Este había anotado solo cuatro puntos
hasta el intermedio. A pesar de seguir calentando, la puntería no mejoró para
el pívot de los Thunder, quien cerró la noche con apenas nueve tiros y seis
puntos.
El entrenador de Indiana, Rick Carlisle, en cambio, se
llevó a todo su equipo a los vestidores durante el descanso para cambiar el
rumbo del partido. Su principal preocupación, como confesó después, fue la
sangría de balones perdidos en la primera mitad. Fueron 19 que dejaron ir entre
pases mal dados dentro de la pintura o despistes ante los defensores de
Oklahoma, que acabaron con once robos en los dos primeros periodos. A pesar de
los ajustes, Indiana cerró la noche con 25 pérdidas de balón que los Thunder
convirtieron en once puntos. Los locales tuvieron solo siete.
Pero las modificaciones de Carlisle surtieron efecto,
pues lograron superar en el marcador en los dos últimos cuartos con parciales
de 31-28 y 35-25. El africano Paskal Siakam, el MVP de la final del Este, fue
el máximo anotador con 19 puntos. Le siguió Obi Toppin desde el banquillo,
quien metió seis de nueve tiros para lograr 17 puntos. El banquillo de los
Pacers colaboró con 39 puntos, mucho más productiva que la de Oklahoma, con 28.
Mark Daigneault, el entrenador de los de Oklahoma,
había realizado ajustes en el inicio de la final. Sentó al pívot Isaiah
Hartenstein, quien había sido uno de los hombres fuertes de la defensa, para
poner al escolta Cason Wallace, quien esta noche tuvo su primer arranque como
titular en los playoffs. Este movimiento le dio versatilidad a Oklahoma en los
primeros minutos. Holmgren, el más alto del equipo, se quedó con las tareas en
el centro de la defensa, mientras que Wallace, en su tercer año en la NBA,
aportó mayor agilidad a la presión defensiva que sufrieron los Pacers.
Daigneault deberá hacer más experimentos si no quiere ir a Indiana con dos
derrotas a cuestas.
Por LUIS PABLO
BEAUREGARD/Elpaís.com
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