Presidente Trump abandona la cumbre del G-7 para atender la escalada en Oriente Medio y lanza un aviso de evacuación de Teherán, amagando con la posible implicación de EE.UU. en el conflicto

WASHINGTON (17 Junio 2025).- Como ya hizo en la última cumbre del G-7 en Canadá, en el 2018, Donald Trump ha abandonado esta madrugada, un día y medio antes de su finalización, el encuentro de los líderes de las siete economías en Kananaskis (Alberta). Sin embargo, en esta ocasión sí ha firmado una declaración conjunta en la que todos ellos reafirman “el derecho de Israel a la autodefensa”. 

Trump se ha marchado de urgencia, según ha confirmado antes de acudir a la cena de gala con los demás líderes, para monitorear el intercambio de misiles entre Irán e Israel, en el quinto día del mayor conflicto en su historia.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha sido la primera portavoz oficial en informar del cambio de agenda: “El presidente Trump tuvo un gran día en el G-7, incluso firmó un gran acuerdo comercial con el Reino Unido y el primer ministro Keir Starmer. Se ha logrado mucho, pero, a causa de lo que está ocurriendo en Oriente Próximo, el presidente Trump se marchará esta noche tras la cena con los jefes de Estado”, ha publicado en la red social X.

El propio presidente, a su llegada a esa cena, lo ha confirmado: “Probablemente estén viendo lo que yo veo, y tengo que volver lo antes posible”, ha dicho a la prensa en Kananaskis. “Ojalá pudiera quedarme mañana, pero ellos lo entienden”, ha añadido, en referencia a los demás líderes, en presencia del anfitrión, el primer ministro Mark Carney, con quien se había reunido en una bilateral durante la mañana.

Trump ha convocado de urgencia al Consejo de Seguridad Nacional en la sala de crisis (Situation Room) de la Casa Blanca, con quien tiene previsto reunirse a su llegada a Washington. Desde allí, coordinará la defensa de Israel, pero también sopesará la decisión de si unirse a sus bombardeos contra las instalaciones nucleares iraníes. Ese paso, además de una escalada de devastadoras consecuencias, le llevaría a romper con una de sus principales promesas de campaña: la de no implicarse en un nuevo conflicto en el extranjero.

El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, ha requerido su ayuda para destruir la importante central nuclear de Fordo, una de las que tiene Irán bajo tierra y que, por tanto, solo puede ser desarticulada con el lanzamiento de sus bombas más pesadas, las de 30.000 libras (13.600 kilogramos). Para ello, Israel necesita un bombardero B-2, que, al igual que esta bomba, no posee entre el arsenal que EE.UU. lleva décadas suministrando a su principal receptor de ayuda militar desde la Segunda Guerra Mundial.

Trump lanza un aviso de evacuación de Teherán y estaría sopesando una implicación más directa en el conflicto

Aunque Trump ha dejado clara, tanto en campaña como en el despacho oval, su oposición a participar en guerras externas, estaría sopesando la posibilidad de eliminar el programa nuclear iraní por la fuerza, según afirman fuentes oficiales citadas anónimamente por The New York Times. EE.UU. también ha amenazado con represalias en caso de que a Irán se le ocurra atacar alguna de sus bases militares o “intereses” en la región de Oriente Medio.

De hecho, pocas horas antes del anuncio de su marcha de la cumbre del G-7, el propio Trump ha lanzado a través de sus redes sociales un aviso de evacuación de Teherán, amagando con su posible participación en el conflicto. “Irán debería haber firmado el 'acuerdo' que les dije que firmaran. Qué vergüenza y qué desperdicio de vidas humanas. En pocas palabras, IRÁN NO PUEDE TENER ARMAS NUCLEARES. ¡Lo he dicho una y otra vez! ¡Todo el mundo debería evacuar Teherán inmediatamente!”, ha sentenciado.

 

Esta publicación en su plataforma, Truth Social, ha sido una de las decenas sobre el mismo asunto desde que Israel lanzó el viernes su primera ofensiva e Irán contraatacó, en un intercambio de bombardeos que ha escalado a diario, con un saldo de unos 224 muertos y 1.400 heridos en Irán, y 24 muertos y 600 heridos en Israel.

Aunque Washington se desmarcó desde el principio de los ataques, Trump admitió al día siguiente que había sido informado con antelación y reveló que se habían producido tras el vencimiento del ultimátum de 60 días “para llegar a un acuerdo” que dio el presidente hace dos meses a Irán: “Hoy es el día 61”, escribió en Truth Social: “Les dije lo que tenían que hacer, pero no fueron capaces de cumplirlo”.

El conflicto ha hecho saltar por los aires las negociaciones que desde abril se han venido produciendo en Omán entre las delegaciones estadounidense e iraní con el objetivo de alcanzar un acuerdo sobre el programa nuclear de Teherán. El enriquecimiento de uranio es una prioridad para el régimen de los ayatolás, y su eliminación lo es para Washington y Tel Aviv.

En cuanto a las negociaciones, que el pasado fin de semana afrontaban su sexta ronda de diálogo en Omán, mostraron signos de estancamiento, EE.UU. procedió a evacuar a su personal diplomático y familias de los militares desplegados en la región. Un día después, llegó el primer ataque por parte de Israel.

Pese a sus reticencias iniciales, Trump firma la declaración conjunta del G-7, que reafirma el compromiso con Israel

Desde entonces, el Pentágono ha ampliado su presencia militar en el Mediterráneo Oriental con dos nuevos destructores y se ha implicado en la defensa de Israel para interceptar los misiles balísticos iraníes, que saturaron las defensas de la Cúpula de Hierro israelí.

Según informa el portal Axios citando a fuentes oficiales de manera anónima, la Casa Blanca estaría intentando volver a la mesa de negociación con Teherán para retomar las conversaciones sobre el programa nuclear y poner fin al conflicto. Su propuesta incluiría una nueva reunión entre el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, y el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, aunque de momento no ha sido confirmada.

Junto con el presidente, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, se dirigía anoche a la sala de crisis de la Casa Blanca, así como el secretario de Estado, Marco Rubio, que también estaba participando en la cumbre del G-7 en Canadá. Por motivos distintos, Trump se va antes de tiempo, pero a diferencia del 2018, sí ha firmado un comunicado conjunto con los líderes de Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón.

En él, las siete economías reiteran su “compromiso con la paz y la estabilidad en Oriente Medio” y, en este contexto, afirman “que Israel tiene derecho a defenderse. Reiteramos nuestro apoyo a la seguridad de Israel”, reza el comunicado. En un posicionamiento con Tel Aviv, su declaración conjunta define a Irán como “la principal fuente de inestabilidad y terrorismo en la región”. Pese a sus reticencias iniciales, Trump aparece entre los siete líderes firmantes.

 

 

Por JAVIER DE LA SOLTILLA

Corresponsal La Vanguardia en Washington

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