Monseñor De la Rosa y Carpio espera que cooperativismo siga guiado por la honestidad, la ayuda mutua, la transparencia y el bien común

La Iglesia en la República Dominicana es pionera del cooperativismo. Desde sus inicios, impulsó este modelo solidario como una forma concreta de encarnar el Evangelio en la vida económica y social.

No fue únicamente una respuesta a la pobreza o a la marginación, sino una apuesta por la dignidad de las personas, el trabajo en equipo, la equidad y la justicia distributiva.

Ojalá que este sistema siga siendo guiado por los valores que le dieron origen y fundamento: la honestidad, la ayuda mutua, la transparencia y el bien común.

Cuando el cooperativismo olvida su alma, se vuelve una empresa más; pero cuando permanece fiel a su raíz cristiana, sigue siendo fermento de esperanza en medio de nuestro pueblo.

 

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.

 

Por MONSEÑOR RAMÓN DE LA ROSA Y CARPIO

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