En centenario de su natalicio Celia Cruz brilla en La Habana, pese a la sombra de la censura
LA HABANA (28 Octubre 2025).- En una esquina discreta de la Nave 4 de la Fábrica de Arte Cubano (FAC), una estrella dorada reluce con el nombre de Celia Cruz, la mujer que durante décadas fue borrada del relato oficial de la cultura cubana. Este diario se acercó hasta el edificio de la antigua fábrica de aceite construida en 1910 en La Habana, para tomar imágenes y testimonios.
Según varios trabajadores del centro cultural, la
jornada de inauguración fue “tremenda candela”. Nadie en la FAC quiere hablar
demasiado alto, pero todos saben que la inclusión de la intérprete en el “Paseo
de las Estrellas” de la Fábrica llegó en un momento de máxima tensión, justo
después de la censura de la más reciente obra teatral de Carlos Díaz. “Fue como
una bofetada con guante blanco”, resume uno de ellos a 14ymedio.
La exposición ¡Azúcar! Dulce Centenario, también reúne
diez carteles serigráficos realizados por diez diseñadores cubanos en homenaje
al siglo que se cumple del nacimiento de la artista. Cada pieza busca capturar
la energía y la alegría que definieron la vida y la obra de la estrella de la
música latina.
La FAC publicó en su cuenta de Instagram un mensaje
cuidadosamente redactado: “Fábrica de Arte Cubano, comprometida con elevar la
cultura y el arte, se enorgullece en develar una estrella en honor al
centenario de Celia Cruz. Este homenaje tiene como único propósito rendir
tributo a una artista que ha dejado una huella imborrable en nuestra música...
¡Que viva la Reina de la Salsa!”
La estrella de la Guarachera de Cuba ahora comparte
espacio en La Habana con nombres como Benny Moré, Chucho Valdés y Juan Formell,
pero su sola presencia rompe con más de seis décadas de veto cultural.
“Celia merecía más”, comenta a este diario una
visitante que descubrió la exposición por casualidad. “Me hubiese gustado otro
sitio, una pared más visible. Pero entiendo que la censura lleva a la tibieza,
poca divulgación, una pared menos importante y cosas así... Lo importante es
que se haya hecho, a pesar de los pesares”.
Por su parte, un joven que también se acercó al lugar
es más duro en su opinión sobre lo ocurrido con la pieza teatral: “Es una
hipocresía tremenda. Cancelan la obra de Carlos Díaz por ‘motivos políticos’ y,
al mismo tiempo, lo felicitan por sus 70 años en el noticiero. Así funciona
todo: te castigan y te aplauden al mismo tiempo”.
La Fábrica de Arte Cubano, dirigida por el músico X
Alfonso, ha sido en los últimos años un espacio donde conviven artistas
independientes, críticos y oficialistas, en un equilibrio cada vez más difícil
de sostener. La develación de la estrella de Celia lo volvió a demostrar.
En las redes sociales, algunos sectores
fundamentalistas reaccionaron con amenazas abiertas. En un grupo de Facebook
afín al régimen, el usuario Rodrigo Huaimachi publicó un mensaje que muchos
interpretaron como una amenaza directa a la FAC: “La Fábrica de Arte Cubano
debe rectificar o será el pueblo quien tendrá que tomar las medidas. Porque
quien ha financiado el terrorismo contra el pueblo cubano no tiene perdón, y
porque nunca olvidaremos los 3.000 muertos víctimas de la contrarrevolución
miamense”.
El tono recuerda los viejos mecanismos de intimidación
que han marcado la política cultural cubana desde los años 60. La alusión a la
Reina de la Salsa como “financiadora del terrorismo” ilustra la persistencia de
un discurso que intenta reducir a una artista universal al papel de “enemiga
del pueblo”.
El viernes por la noche, la Fábrica lucía más vacía
que de costumbre. En la Nave 4, los visitantes se detenían unos segundos frente
a la estrella de Celia, tomaban fotos, murmuraban.
“Esto es un pequeño acto de rebeldía”, dijo una joven
artista de la plástica. “Celia no necesita permiso para brillar. Ya era grande
antes de que la reconocieran aquí. Pero este gesto dice mucho: dice que la
gente está cansada del miedo”.
Por DARÍO HERNÁNDEZ/14ymedio.com




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