Con SeNaSa: se perdió el prigilio

La ambición desmedida ha llevado a algunos a perder el rumbo, arrastrando consigo el pudor, el decoro, el honor, la prudencia y la sensatez.

Han desfalcado y timado al Estado y al pueblo, robando la salud y la vida de los más necesitados.

Son actos bárbaros, calculados y desalmados, que buscan solo el beneficio personal a costa de la miseria ajena.

La justicia debe hablar en voz alta y aplicar un castigo ejemplar, no solo como sentencia legal, sino como escarmiento y advertencia moral.

Que se haga justicia y se restaure la dignidad del pueblo.

Con Dios siempre, a sus pies.

 


Por LEONARDO CABRERA DÍAZ

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