MADRID.- Noche de récords electorales. Las urnas han dado al PP el mejor resultado de su historia: con más de 10,7 millones de votos logra la mayoría absoluta en el Congreso gracias a sus 186 diputados, 32 más que en la última legislatura. Mariano Rajoy supera así la marca alcanzada en 2000 por José María Aznar con 183 diputados.
El líder del PP ha comparecido en la sede del PP para agradecer los votos y recordar que "no va a haber milagros, no los hemos prometido". Minutos después, ante los numerosos simpatizantes concentrados en la calle Génova, ha saludado desde el balcón e incluso a botado junto a su esposa, Elvira Fernández, María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Mato, Esteban González Pons , Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre, entre otros dirigentes 'populares'.
La otra cara de la moneda es el PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba, que tendrá 110 escaños, lo que supone una sangría de 59 representantes y su peor resultado histórico tras el suelo marcado en 2000 por Joaquín Almunia con 125 representantes. Más de cuatro millones de personas que en 2008 confiaron su voto a los socialistas se han decantado ahora por otras opciones.
El candidato ha comparecido solo en Ferraz, donde ha admitido su derrota, se ha comprometido a trabajar en la oposición y ha urgido a convocar un congreso ordinario en el partido. Poco después, ha pasado página también en su cuenta de Twitter, cambiando su nombre de @conRubalcaba a @_Rubalcaba_ y presentándose simplemente con su nombre, sin más etiquetas.
Con Cayo Lara al frente de las listas de Madrid , Izquierda Unida recupera su grupo propio en la Cámara Baja con 11 diputados. El único diputado de la formación en la última legislatura, Gaspar Llamazares, ha obtenido el mayor apoyo de IU en toda España (13,26%).
Cayo Lara ha comparecido exultante. "No podéis ni imaginar lo que se agradece de vez en cuando una alegría en la casa de los pobres", ha declarado. Con el lema 'rebélate', los de IU han pescado en el caladero del movimiento 'indignado' eclosionado una semana antes de las elecciones municipales y autonómicas de mayo.
La paradójica fecha del 20 de noviembre ha sido también la del regreso de la izquierda abertzale a las Cámaras. Tras varios años de ausencia -en 2004 por decisión propia y después por la Ley de Partidos-, ahora bajo las siglas de Amaiur contarán con siete diputados en el Congreso, seis por el País Vasco y uno por Navarra.
Rajoy y Rubalcaba, el que gana es que goza
El desencanto por PSOE y PP también se ha manifestado en el auge de UPyD. La ex dirigente socialista Rosa Díez dejará de ser la única representante 'magenta' en el Congreso y sumará cinco representantes, lo que le deja en las puertas de tener grupo propio y le da la posibilidad cierta de consolidar su partido a nivel nacional. Rosa Díez ha celebrado el ascenso y ha prometido aplicar "racionalidad y emoción" a la política.
CiU mejora sus resultados de 2008 de forma espectacular al reunir 16 diputados frente a los 10 actuales.
PNV, que ha sufrido un sensible trasvase de sus votos al nacionalismo radical de Amaiur y pierde un representante, quedándose sólo con cinco.
ERC conserva sus tres diputados. Coalición Canaria conserva los dos representantes que ya tenía. BNG repetirá su representación con dos diputados.
El puzzle se completa con un diputado de Foro Ciudadanos, el partido fundado por el ex secretario general del PP y ahora presidente del Principado Francisco Álvarez-Cascos, que mete en el Congreso a Enrique Álvarez Sostres.
Equo, que aglutina el atomizado voto ecologista, tendrá un diputado gracias a su alianza con Compromís en la Comunidad Valenciana en su estreno electoral.
Uxue Barkos, que en esta convocatoria se presentaba bajo las siglas de la coalición Geroa-Bai, conserva su escaño.
Los datos provisionales de participación arrojan una menor afluencia que hace tres años: 71,69% frente al 73,85% de hace cuatro años, lo que significa que casi tres de cada diez ciudadanos han rehusado de ejercer su derecho al voto. El movimiento 15-M no ha pedido el voto para ninguna formación pero diversos partidos han tratado de recoger su descontento. Las opciones de voto en blanco y nulo, posibles expresiones de 'indignación', representaron en 2008, el 1,11% y el 0,64%, respectivamente.
Andalucía: vuelco histórico
El PP andaluz de Javier Arenas ha protagonizado un vuelco histórico imponiéndose con claridad al PSOE de José Antonio Griñán, informa Javier Rubio. La victoria puede leerse como un anticipo de los resultados de las autonómicas que tiene que convocar el presidente de la Junta de Andalucía para el mes de marzo. El PP sacaría 33 escaños por 25 de los socialistas y dos representantes de IU. Los 'populares' rompen su techo electoral y los socialistas regresan a los registros de los años 70 después de perder casi 15 puntos respecto a las últimas generales.
La nota discordante la marca Sevilla, que es, junto con Barcelona, la única provincia española en la que los socialistas se imponen. En este caso la victoria hay que apuntársela a Alfonso Guerra, único diputado con escaño desde 1977. Su compañero de filas Manuel Chaves, ex presidente andaluz y 'número tres' del Gobierno de Zapatero, ha perdido sin embargo su condición de invicto al ser batido por Teófila Martínez en Cádiz.
Los votantes andaluces aportan a IU dos de sus 11 diputados: el malagueño José Luis Centella por Sevilla y el representante del 15-M Alberto Garzón por Málaga.
Baleares: El PP arrasa
El PP ha sido la fuerza más votada y obtienen cinco diputados frente a los tres que ha conseguido el PSIB-PSOE, informan Lola Sampedro y Hugo Sáenz. En porcentaje de votos se hace más visible la brecha: 49,53% frente al 28,86% de los socialistas. Ningún otro partido ha logrado representación parlamentaria en el Congreso.
Castilla y León: El PSOE toca fondo
El PSOE cae por debajo de su peor marca, registrada en 2000, al obtener un 29,12% de los votos y 11 de los 32 escaños de la comunidad. Los 21 restantes son para el PP, que sin embargo apenas ha sumado 4.000 votantes respecto a 2008.
Cataluña: CiU arrebata al socialismo su último feudo
La federación nacionalista ha vencido por primera vez en 32 años en unos comicios generales que dejan en las urnas la peor cifra de votos jamás vista por el PSC en Cataluña. Un hito político que no sólo pone en manos nacionalistas un poderío electoral inédito -municipales, autonómicas y, ahora, las generales-, sino que sepulta la imagen del principado como uno de los últimos refugios del socialismo, informan Eva Belmonte, Víctor Mondelo y Javier Oms.
La debacle del PSC no puede ser más contundente. Pasa de los 25 diputados a los 14 al lograr sólo 900.000 votos, prácticamente la mitad de los obtenidos en 2008, mientras que CiU da el salto de los 10 a los 16. Las cifras y la sensación de derrota inconsolable han sido las que han marcado las primeras palabras de Carme Chacón, quien ha tratado de disimular las cicatrices felicitándose por recuperar votos con respecto a las autonómicas.
El PP también incrementa notablemente sus resultados. Con Jorge Fernández Díaz al frente han logrado 11 escaños frente a los siete de los anteriores comicios, acercándose a su mejor resultado histórico, el que cosecharon en 2000, cuando abrazaron los 12 representantes. La sangría de votos socialistas ha beneficiado también a ICV y ERC, quienes estarán representados en el Congreso con tres diputados cada uno.
C. Valenciana: Diversidad en tierra del PP
El Partido Popular ha vuelto a ganar las elecciones en la Comunidad Valenciana y lo ha hecho, una vez más, destruyendo su techo, informan Rodrigo Terrasa, Francisco Álvarez e Iván Pérez. Los 'populares' valencianos, en la primera votación tras la dimisión de Francisco Camps, sirven a Mariano Rajoy 20 diputados, uno más que en las últimas generales y justo el doble que el PSOE, que sigue en caída libre, pierde cuatro diputados en la Comunidad Valenciana y se queda con un pírrico registro de 10 escaños. Buena parte de los votos socialistas se han trasvasado a otras formaciones que logran entrar en el Congreso por la vía valenciana. Se trata de Esquerra Unida, Compromís-Equo y UPyD, cada uno con un escaño.
Galicia: El PP revive los éxitos de la era Fraga
Los paisanos de Mariano Rajoy han dado un respaldo rotundo al PP, que ha recibido más votos que en 2008 y ha subido cuatro escaños, uno por provincia, alcanzando 15 diputados y recuperando cotas de más del 50% de los votos, algo que no lograban desde el 2000, informan Xurxo Salgado y Miguel Magdalena. Por su parte, los socialistas gallegos, que han intentado arropar a José Blanco con múltiples actos para borrar las sospechas que sobre él pesan de delitos de cohecho y tráfico de influencias, ha perdido casi 13 puntos y se ha dejado 300.000 votos con respecto a 2008. El BNG presume de haber "resistido el avance de la derecha" al mantener sus dos diputados por A Coruña y Pontevedra.
Madrid: El PP casi dobla al PSOE
El PP ha vuelto a ganar las elecciones al conseguir 19 diputados de los 36 de la circunscripción, uno más que en el 2008. Mientras, el PSOE obtiene 10 escaños, con una pérdida de cinco sillones en la Cámara Baja. UPyD suma tres al único que tenía con Rosa Díez, convirtiéndose en la tercera fuerza política. IU, desplazada al cuarto lugar, tiene sin embargo motivos para alegrarse al pasar de uno a tres representantes. El 20-N se ha traducido, por tanto, en el peor resultado del PSM en unas generales, y ha "roto el suelo" que tenía en las elecciones nacionales de 1996, cuando logró el 31,42% de los votos y consiguió 11 escaños, o en las de 1977, cuando tuvo un 31,68% y también 11 sillones en el hemiciclo.
Pronto se conocerá el destino del alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, próximo diputado como cuarto en la lista de Rajoy y presente en todas las quinielas del gobierno que formará el líder del PP.
Una votación crucial
Ha sido una votación crucial en la que los españoles han acudido a los colegios electorales sumergidos en una crisis de extrema gravedad que ha llevado a PSOE y PP a medirse con una brecha hasta ahora desconocida en los sondeos. Todos pronosticaban una amplia victoria de Mariano Rajoy en su tercer intento por alcanzar la Presidencia frente a Alfredo Pérez Rubalcaba.
Los electores han sido llamados a elegir al hombre que deberá abordar los profundos problemas que afectan a España: cinco millones de parados, desajuste de las cuentas públicas, la deuda nacional acosada por los mercados. El próximo Ejecutivo también tendrá un papel determinante en la construcción de un gobierno económico europeo para coordinar las políticas de los diversos países, armonizar los impuestos y consolidar el euro.
Recetas contra la crisis
Ha sido una elección crítica en un momento en el que la crisis obliga a una revisión del modelo de Estado y de los valores colectivos, en el que las recetas que se apliquen determinarán el patrón de la nación. Durante la campaña Mariano Rajoy ha seducido a los ciudadanos para que se "sumen al cambio", y ha insistido en la creación de empleo y la contención del gasto público como fórmula para sacar del ahogo al sector privado, pero el hostigamiento de los mercados a España incluso se ha intensificado frente a su pretensión de devolver la confianza. En vista de lo sucedido en Grecia e Italia, donde los tecnócratas han tomado el timón, ha reivindicado el papel de los políticos. Y advierte a los votantes que no esperen milagros, se niega a fechar la llegada de las mejoras económicas y admite que los nuevos puestos de trabajo podrían hacerse esperar hasta 2012. Además, sus contrincantes le han reprochado su ambigüedad ante cuestiones esenciales como las prestaciones de sanidad y educación, la reforma laboral o el salario de los funcionarios.
Rubalcaba ha puesto el acento en afrontar la crisis "sin dejar atrás a nadie", ha agitado el fantasma del 'programa oculto' del PP y ha esgrimido su papel como ministro del Interior y, en consecuencia, conductor de los pasos que han llevado al anuncio del cese de la "actividad armada" de ETA. "Pelea por lo que quieres", clama su eslogan. En los últimos días de campaña incluso ha llamado a "votar con el corazón", argumentos valiosos pero débiles ante el simple hecho de que hasta julio formó parte del gobierno al que muchos ciudadanos culpan de la crisis.
Prueba de ello es la práctica ausencia de José Luis Rodríguez Zapatero durante toda la campaña. El presidente del Gobierno sólo ha compartido un mitin con Rubalcaba, en Málaga, y han despedido sus actos a cientos de kilómetros: uno en Fuenlabrada (Madrid) y el otro en su León natal.
La magnitud de la derrota determinará la hondura de la crisis dentro del PSOE, que tendrá que afrontar un Congreso Federal en los próximos meses para perfilar su futuro. En estas circunstancias, los socialistas volverán a ser evaluados por los votantes en su plaza más inexpugnable, Andalucía, que celebrará elecciones autonómicas previsiblemente antes de abril.
En este contexto, es previsible que el próximo Gobierno tenga que adoptar medidas impopulares para las que necesitará un amplio respaldo entre la ciudadanía, ante las eventuales protestas sociales, y en el Parlamento, ante la profundidad de las reformas. El Congreso que se constituirá el 13 de diciembre traerá grandes novedades. El descontento social se ha traducido en fuertes ascensos para partidos ahora minoritarios.
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