Rosberg se estrena entre los sudores de Alonso

SHANGAI.- Sin lluvia y sin sol, bajo este cielo opresor de Shanghai, el Gran Premio de China se puso serio en la pista abriendo la sesión de clasificación. Con los laboratorios de pruebas cerrados tras los entrenamientos libres y con el ruido de Bahrein calmado, era hora de poner en orden la clasificación del Mundial.

En una pista seca y exigente con los coche pobres, rapidísima, de rectas interminables, un circuito estándar de la F1 moderna, los mejores quedaron arriba y los enfermos abajo. Al frente del pelotón Nico Rosberg con su Mercedes y en los dolientes Ferrari, que quedó destapada otra vez. Los sábados no le van para nada.

Sin agarre, con problemas de estabilidad, sin ritmo, hace mucho tiempo que la escudería italiana se olvidó de hacer monoplazas competitivos para las sesiones de clasificación, pero la situación actual es todavía más grave. Felipe Massa, el segundo piloto rojo, quedó fuera del corte final, donde entran los 10 mejores. Ahí, por la rendija, pudo colarse Fernando Alonso, subiendo a su máquina un peldaño más allá de lo que merece con arte y gastando juegos de preciadas ruedas blandas. Aguantó décimo en la Q2 porque Sebastian Vettel protagonizó el gran fiasco del día. Por primera vez en tres años, el alemán se quedó fuera de la tanda decisiva.

El Red Bull está lejos de ser lo que fue hasta hace muy poco y el campeón alemán también parece descolocado en el nuevo escenario. Es su asignatura pendiente: demostrar su inmensa calidad al volante de un coche con problemas. Mañana domingo tendrá una magnífica oportunidad de atajar las sospechas. Saldrá undécimo, con mucho que remar. Tendrá un par de puestos por delante a Alonso, habituado ya a las escaladas. En China le tocará de nuevo progresar a codazos, escurrirse en la salida hacia mejores territorios y gestionar la carrera con inteligencia. Su faena de esta temporada, mientras en Maranello no arreglen las cosas.

La casa italiana tiene delante buenos ejemplos de cómo hacer un buen coche. McLaren y Mercedes han arrebatado a Red Bull el cetro actual. La firma alemana se llevó ayer la primera pole de su nueva etapa en la F1, en manos de Nico Rosberg, que estrena también su casillero de primeras plazas en la parrilla. El alemán de rostro de porcelana se llevó el premio con una gran vuelta en la Q3. Le salió perfecta y se bajó del coche, para no malgastar neumáticos. Lewis Hamilton y su compañero, Michael Schumacher sólo pudieron acompañarle en el podio provisional. Mañana el joven Nico tendrá que defender el liderato ante tiburones de primera. Le alivia el recuerdo de que el fiero piloto de McLaren partirá cinco posiciones más atrás por cambiar la caja de cambios.

Más abajo, la pelea del líder provisional del Mundial, que se encontrará justo enfrente a su empecinado perseguidor de Malasia, el mexicano Sergio Pérez. La misión de Alonso para conservar el mando del campeonato parece imposible, a falta de milagros de domingo.

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