La violencia contra la mujer es la más primitiva de las formas de desigualdad. Todos y todas podemos contribuir a prevenirla.
• La violencia hacia las mujeres es una violación de los derechos humanos que no debe tolerarse. Por ejemplo, podemos:
– No permitir que en nuestra presencia se insulte o se ridiculice a una mujer.
– No tolerar chistes o comentarios machistas que disminuyen el prestigio y dignidad de las mujeres.
• Rechazar las denominaciones que con frecuencia se utilizan para nombrar este tipo de violencia (violencia doméstica, crimen pasional) y que tienden a ocultar lo que en realidad son: homicidios, asesinatos, violación.
• Ser intolerantes con los hombres que maltratan evitando expresiones que tienden a justificar o suavizar las agresiones como por ejemplo: “era un buen hombre”, “estaba borracho”, “tenía muchos problemas”.
• Romper con estereotipos como: “las mujeres ponen denuncias y luego la quitan”, “algo habrán hecho”, “provocan a los hombres”, las mujeres no están fáciles”, “ellas se lo buscan”, “no hay necesidad de matarlas”
• Relacionar la violencia de hacia las mujeres con las desigualdades entre mujeres y hombres y potenciar la coeducación en la infancia:
– Educando desde la familia a nuestras hijas e hijos en el respeto y ofreciéndoles las mismas oportunidades.
– Exigiendo en las escuelas a la que asisten nuestras hijas e hijos la educación en igualdad de oportunidades.
– No discriminando a las niñas exigiéndoles comportamientos y actitudes que no exigiríamos a los niños.
– Uniendo esfuerzos para prevenir la discriminación de las mujeres, haciendo hincapié en la libertad y en el respeto hacia ellas y promoviendo las relaciones de pareja saludables.
– Evitando que las niñas y niños accedan a actividades de ocio que incitan a la violencia hacia las mujeres (videojuegos, películas, programas de TV, etc.).
– Aprendiendo y enseñando a resolver conflictos a través del diálogo y la negociación, evitando los actos violentos para solucionarlos.
No todos los hombres son maltratadores. La lucha contra la violencia no es un combate entre mujeres y hombres; es una empresa en la que todas y todos hemos de colaborar.
Por LILLIAM FONDEUR
DiagnósticoRD.com
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