¡¡¡Heyyyy!!!… ¡¡¡tiguerazooooo!!!... me dijeron las
malas lenguas que andabas por el Cibao, dándote una jartura de salami con
tostones en La Esquina de Teresa, en Monte Adentro… ¿Cómo te fue?.
Por HERMINIO ALBERTI LEON
El autor es mercadologo
Tomado del Hoy
Jajajajajaja… Herminio… ¡Me di un baño de pueblo!.
Ahhhhhh…. Pues saliste a mí, viejo aventurero…
Recuerda que, desde chiquitico, a uno le dicen “Mira, ése si sabe… ¡salió a mi!
… Parece que ahora nos damos cuenta de que nuestras costumbres -malas o buenas-
son el espejo de nuestras almas como seres humanos… y como dominicanos.
Es verdad… por eso, cuando quiero recordar a qué
sabe mi pueblo, me parqueo al lado de una buena fritanga, fritos verdes…
morcilla… bofe… longaniza, y… ¡me abrocho una hora de salami!
Pues mira, Píndaro, que yo lo hago diferente… Le
digo a Yoma–mi chef casera de confianza- que me haga un mangú de guineítos verdes…
que me fría unas ruedas del salami de mallita… con un par de huevos fritos, y:
¡Full de to’pa’l día!
Jajajajajajaja…. Yo no te entiendo… por ahí se
hablan tantas vainas y disparates… Dicen que vieron unas camioneticas cargadas
de salamis al tetero del sol…. sin nada de refrigeración… vendiéndolos, o
entregándolos a clientes sin ningún tipo de protección y cuido, cuando tienen
que estar refrigeradas.
Hummmm, Píndaro…. Si tú supieras, que ahora estoy
recordando que por ahí dicen que algunos de los fabricantes lo que quieren es
hacerse de cuartos… Mira,sinceramente… ¡yo no le doy crédito a ese disparate!…
Déjate de pendejadas… yo te puedo garantizar que los
técnicos que ellos contratan y que trabajan en las principales plantas
productoras en el Cibao, tienen una excelente preparación… Para que un pueblo
tenga su sabor reflejado en un producto como ése, se puede decir que ¡ese
producto salió a él!... ¡Y que lo bautizó como “Salami”!… Nuestro pueblo, tiene
que sentirse muy seguro y convencido de que la mayoría en esta gran industria
está haciendo lo correcto…
Yo estoy convencido, de que la mayoría del salami
que sale a venderse es fabricado por empresas que tienen sus infraestructuras
modernas y basadas en estrictas normas de calidad… En los años que tengo
rodando por nuestras carreteras y campos, he escuchado siempre que el 80% del
Salami que entra a la venta se produce en el Cibao…. ¡Eso es un orgullo por el
cual tenemos que pelear con el cuchillo en la boca… y ¡preservarlo a toda
costa!
¡Epa!... ¡Píndaro!... ¡Parece que estás más enterado
que yo de esa fuñenda!
Así es, amigo. Un técnico de uno d
e esos países del
norte del mundo -que es uno de mis enllaves desde hace más tiempo que el caray-
me ha asegurado que el cálculo de fórmulas y contenido de materias primas para
producción de la mayoría de los salamis de aquí, son hechos por gente que,
aunque del patio, se las traen… por su gran preparación…. por su afán de
superación… Según él, ellos le consultan en cada una de sus visitas... Tratan
de mantener un modelo de comportamiento profesional con resultados que se ven a
través de sus producciones. Esto hace que se mantengan los niveles de calidad
aspirados… Y, como una norma, periódicamente revisan sus procesos…
Anjá… Yo te lo dije Píndaro… Si los salamis son
reflejo del pueblo… entonces el pueblo tiene que hacer lo mismo de vez en
cuando… y de cuando en vez… ¡Revisarse!.. Si no nos revisamos, no damos la
espalda, como ahora se la estamos dando al salami.
Ahhhhh…. ¿Entonces tú me dices, Píndaro, que ese
sabor en los salamis son el sabor de nuestro pueblo?
¡¡¡Siiiiiiiiiiii!!!... Ese salami que tú te comes
con orgullo, salió de las entrañas del pueblo mismo… ¡Tu pueblo!... ¡Nuestro
pueblo!...
Ahora es el momento de no darle la espalda… y… ¡probarlo
de nuevo!
Por HERMINIO ALBERTI LEON
El autor es mercadologo
Tomado del Hoy
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