Un discurso de juramentación de 120 minutos y que
provocó más de 60 aplausos tuvo que ser bueno, y lo fue. El problema, si acaso,
estuvo en los nombramientos que se conocieron después. No se cree que los
nuevos funcionarios puedan llevar a cabo trabajos de la magnitud de un
Hércules, si ninguno destaca por su capacidad mitológica.
Ser ministro no es la gran cosa, pero hacer desde un
ministerio lo que nunca se hizo, demanda carácter y circunstancia que no se
suponen en los nominados. Es pronto para decirlo, pero no parece que sean los
definitivos. Que vayan a durar los cuatro años. Luego de tanto misterio, y la
ansiedad de la espera, el parto no llenó las expectativas, y si bien la
criatura respira, se atribuye al uso de aparatos. La cuestión es muy clara. No
se considera vino nuevo lo que se saca de odre viejo. Danilo Medina no hizo
otra cosa con su flamante gabinete. Un puzzle que habrá que aprender a jugar,
pues como se plantea rompe el esquema del propio mandatario. ¿ Cómo arreglar la
casa con el inquilino adentro?...
EL
DILEMA.- Con el presidente Danilo Medina podría
darse el clásico dilema de fondo y forma. El discurso fue bueno, pero el
gabinete no se corresponde. No puede esperarse que actúen como agentes de
cambio quienes se suponen cansados por anteriores tareas. La seguridad ciudadana,
por ejemplo. De seguro que se mantendrá el ruido entre fiscales y policías, con
los legisladores y la sociedad civil de por medio, y sin ninguno ceder una
cuarta. El mismo ministro, y por igual el jefe de la Policía Nacional, y por si
hiciera falta, de asesor un compañero que ya fracasó en su propio proyecto.
Nadie niega una realidad que se impone: si el director de la orquesta es bueno,
con los antiguos músicos, y ejecutando una partitura conocida, puede lograr una
interpretación excelsa. El antecesor tenía de malo que no pedía cuentas a sus
funcionarios, y los dejaba hacer a su antojo, aun cuando era eviden- te el
estropicio de la obra. Se supone que Medina, contrario a Fernández, tiene más
carácter, o más sentido de Estado, y no permitirá que cada cual haga lo que le
venga en ganas…
SOBRE
MOJADO.- Después de la intervención en ráfagas
del presidente del Senado, Reinaldo Pared, con una oratoria mitad barricada y
mitad siglo diecinueve, Danilo Medina inició con la consabida timidez que le
inspira el teleprompter. Sin embargo, cuando tomó seguridad, superó los
preámbulos y entró en materia, su discurso fue inspirador. De ahí las
reacciones del auditorio y los muchos aplausos que, incluso, contagiaron a los
invitados especiales, a los extranjeros, que se dejaron ganar por las emociones
del lugar y la circunstancia. Aunque lo mejor de todo fue que el presidente
Medina se estaba repitiendo, lloviendo sobre mojado. Estaba exponiendo ante la
Asamblea Nacional como jefe de Estado lo que había prometido en las calles como
candidato durante la campaña.
Y eso es bueno. Ni siquiera redujo sus metas, como
había dado a entender en días previos, cuando adelantó que no cumpliría sus
metas con la rapidez que pensaba. No se estuvo desdiciendo, simplemente halando
un poco las riendas para evitar que los caballos se desbocaran y de paso se
volteara la carreta… ¿Y
¿LOS
CUARTOS?.- La pregunta que queda en el ambiente,
viendo las enormes tareas que tiene por delante la nueva administración,
intriga a todos.¿Y los cuartos dónde están? Incluso, el presidente Medina no
pareció preocuparse por un punto que resulta clave, capital. Aunque no hay que
olvidar lo que dice el pueblo, que “del cuero sale la correa”. O dicho en otros
términos: “Quien quiera moño bonito…”. Pues bien.
Medina fue el único político que le dio importancia
a un trabajo ciclópeo, llevado a cabo por el gobierno anterior: La Estrategia
Nacional de Desarrollo, y asumió como parte de su plataforma de campaña tres de
sus ejes, o pactos: Educación, Eléctrico y Fiscal. Si se quiere 4 %, hay que
buscar ese 4 %. Si se quiere resolver el problema eléctrico, igual. El Pacto
Fiscal, por tanto, se impone, y será del bolsillo del contribuyente dominicano
que saldrá el dinero para financiar Lo que Nunca se Hizo. Así, que nadie se
haga el sueco, puesto que como se dice, donde las dan, las toman. Y que tampoco
vengan otros de graciosos creyendo que con ahorros se tapan los hoyos…
Por ORLANDO GIL
El autor es periodista
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