WASHINGTON.- El Pentágono despachó dos destacamentos
de soldados del Marine Corps a Yemen y a Sudán, para proteger a sus misiones
diplomáticas en aquellos países, ante las protestas contra una película rodada
en California en la que se ridiculiza al profeta Mahoma, fundador del Islam. Se
unen a otro pelotón que ya se halla desde el miércoles en Libia, donde un
ataque contra el consulado de Bengasi se saldó el día previo con la muerte de
cuatro norteamericanos, entre ellos el embajador Chris Stevens. Fuentes del
Pentágono dijeron ayer que el despacho de marines es una “medida de
precaución”.
“Se trata en parte de una respuesta a los sucesos de
los pasados dos días en nuestra embajada, pero también es una medida de
precaución”, dijo ayer en rueda de prensa el portavoz del Pentágono, George Little.
“Un pelotón de soldados del Marine Corps se halla ya sobre el terreno en Saná”,
añadió. Little explicó que EE UU no tiene planes, de momento, de evacuar las
embajadas norteamericanas, a pesar de los intentos de ataque de las pasadas
jornadas.
Los soldados norteamericanos movilizados están
afiliados al Equipo de Flota de Seguridad y Antiterrorismo [FAST, por sus
siglas en inglés] del Marine Corps. “La misión principal de las compañías FAST
es el refuerzo o la recaptura de infraestructuras críticas para EE UU”,
explicaron recientemente fuentes del Pentágono. “Son soldados preparados para
introducirse en espacios hostiles, retomar el control de ellos y dominar
cualquier situación con la que se encuentren”. Constan de unos 50 soldados,
entrenados en misiones de intervención rápida.
Normalmente, las flotas de la Armada norteamericana
tienen asignado un equipo FAST. El que se envió a Libia el miércoles, estaba
apostado en la base naval de Rota, en España. El presidente Barack Obama ordenó
su movilización después del ataque contra el consulado en Bengasi, el martes,
en el que fallecieron cuatro norteamericanos, entre ellos el embajador, Chris
Stevens. Previamente, esos escuadrones de acción rápida habían sido movilizados
a conflictos a Liberia en 2003 y Haití en 2004.
A pesar de que ha habido protestas en diversos
países del mundo islámico, de momento el Pentágono ha considerado que los tres
puntos con una mayor necesidad de refuerzos son Libia, Yemen y Sudán. A los
heridos en Libia, el Pentágono los ha evacuado al Centro Médico Regional de
Landstuhl, un hospital militar norteamericano en Alemania. Por allí han pasado
numerosos soldados heridos de consideración en las guerras de Afganistán y de
Irak. El presidente Obama decretó el estado de alerta en las embajadas
norteamericanas en todo el mundo. A las costas de Libia envió también dos
destructores de la Armada.
EE UU no tiene planes, de momento, de evacuar la
embajada norteamericana en Yemen, a pesar de los intentos de ataque de las
pasadas jornadas
Ayer, el jefe del Pentágono, Leon Panetta, mantuvo
una conversación telefónica con el ministro de Defensa egipcio, Abdel Fatah
Al-Sisi. “El ministro Al-Sisi le aseguró al secretario Panetta que Egipto sigue
comprometido con la relación de cooperación en materia de defensa entre Egipto y
EE UU, y le recalcó la importancia que para él tiene la seguridad y estabilidad
de la misión diplomática de EE UU”, dijo el Pentágono en un comunicado. Las
protestas por el vídeo comenzaron el pasado martes, en el undécimo aniversario
de los ataques terroristas de 2001, y se han expandido por el mundo islámico,
con especial insistencia en Egipto, Sudán, Libia y Yemen.
Washington ha enviado también drones, o aviones no
tripulados controlados de forma remota, a Libia, en misión, inicialmente, de
vigilancia. Esos dispositivos cuentan con mecanismos de grabación, y se pueden
manejar desde bases de la Fuerza Aérea en EE UU. Tienen también la capacidad de
portar misiles, y de hecho se emplean habitualmente para efectuar ataques no
sólo en Afganistán, zona en guerra, sino también en la península Arábiga y en
el Cuerno de África. Con ellos se ha diezmado considerablemente al grupo
dirigente de Al Qaeda.
En Yemen, precisamente, un largo historial de
ataques con misiles lanzados desde drones ha alentado el antiamericanismo entre
la población local. En lo que va de año ha habido 33 ataques de ese tipo, según
una investigación de The Long War Journal, una publicación especializada de EE
UU. En los últimos 10 años ha habido 50 en total. El presidente Barack Obama ha
incrementado notablemente su uso desde su llegada al Despacho Oval. En total,
los drones han servido para matar a 263 insurgentes y han provocado la muerte a
83 civiles, entre ellos varios niños.
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