BEIRUT.- La jornada del Papa Benedicto XVI en Líbano tiene
hoy un marcado carácter político, con reuniones con las principales autoridades
autoridades políticas y religiosas libanesas, incluyendo al presidente, Michel
Suleimán, el primer ministro, Nayib Mikati, y el presidente del Parlamento,
Nabih Berri, además de líderes religiosos de distintos credos.
Tras la primera de ellas, con Suleiman, en el palacio de Baabda de Beirut, el Papa ha pronunciado un discurso ante decenas de personalidades de la política del país, en el que ha exhortado a "decir 'no' a la venganza", "desterrar la violencia verbal y física" y aceptar la "sociedad plural", un nuevo llamamiento al respeto por las minorías religiosas.
Tras la primera de ellas, con Suleiman, en el palacio de Baabda de Beirut, el Papa ha pronunciado un discurso ante decenas de personalidades de la política del país, en el que ha exhortado a "decir 'no' a la venganza", "desterrar la violencia verbal y física" y aceptar la "sociedad plural", un nuevo llamamiento al respeto por las minorías religiosas.
El discurso, uno de los varios que va a pronunciar
en su visita de tres días, ha tenido lugar en el palacio de Baabda, residencia
presidencial, ante cientos de personalidades de la política, la cultura y la
religión, incluída la musulmana. La visita se produce en un ambiente de enorme
tensión en el país y en toda la región de Oriente Próximo por la guerra civil
que desangra Siria tras una revuelta contra la dictadura de Bachar El Asad, que
se resiste a abandonar el poder, y con la crisis de las embajadas provocando
disturbios en Egipto, Yemen y otros muchos países musulmanes tras la difusión
de un vídeo obra de un estadounidense en el que Mahoma es retratado como
abusador y mujeriego.
Por ello, Benedicto XVI ha centrado su intervención
en las condiciones religiosas y sociales que pueden favorecer a la paz en la
zona. Por ello, ha pedido "desterrar la violencia verbal y física, que
atenta contra la dignidad humana, tanto del autor como de la víctima".
"Se trata de decir 'no' a la venganza, de reconocer los errores, de
aceptar las disculpas sin pedirlas y, en fin, de perdonar, porque solo el
perdón pone las bases duraderas de la reconciliación y de la paz", ha
dicho el Papa. "Solo así puede crecer el buen entendimiento entre las
culturas y las religiones.
Así, ha señalado que "en Líbano, el
cristianismo y el islam habitan en el mismo espacio desde hace siglos. No es
rato ver las dos religiones en la misma familia. si en una misma familia es
posible, ¿por qué no lo puede ser a nivel del conjunto de la sociedad?",
se ha preguntado el Pontífice. "La especificidad de oriente Próximo se
encuentra en la mezcla secular de componentes diversos", ha continuado en
la misma línea de la Exhortación apostólica que ha firmó ayer, para reclamar
que "profesar y vivir libremente su religión sin poner en peligro la vida
debe ser posible para cualquiera". Así, ha señalado que "una sociedad
plural no existe más que cuando hay respeto recíproco y diálogo continuo. Y ese
diálogo no es posible sin la consciencia de que existen valores comunes a todas
las grandes culturas".
El Papa se reunirá después con el primer ministro,
Nayib Mikati, y el presidente del Parlamento, Nabih Berri, además de líderes
religiosos de distintos credos, antes de mantener un encuentro con los jóvenes,
en el segundo día de su visita a Líbano, la primera a este país en sus siete
años de pontificado.
Almorzará con los patriarcas y obispos de Líbano,
así como con miembros de la Asamblea del Sínodo para Oriente Medio en el
Refectorio del Patriarcado Católico Armenio de Bzommar, cerca de Beirut.
Tras este almuerzo, el Papa se dirigirá a la sede
del patriarcado maronita en Bkerke para celebrar un encuentro con los jóvenes,
donde tiene previsto pronunciar un discurso.
Benedicto XVI llegó el viernes a Líbano, donde firmó
la Exhortación Postsinodal (documento final) del Sínodo de Obispos para Oriente
Medio y pidió la paz para la región.
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