LONDRES.- El Parlamento británico ha dado luz verde
a los matrimonios gays por 400 votos a favor y 175 en contra, tras un intenso
debate que ha roto en dos al Partido Conservador de David Cameron. Casi la
mitad de los diputados 'tories' se han pronunciado en contra de la ley
impulsada por el primer ministro que ha tenido que apoyarse en la oposición
laborista y en sus socios liberal-demócratas para sacarla adelante.
Se trata en cualquier caso de una de las leyes más
progesistas aprobadas hasta la fecha en Europa, al autorizar los matrimonios
entre personas del mismo sexo incluso "en lugares de oración" (pese
al anatema de la Iglesia Anglicana y las jeraraquías católicas).
Un
voto a favor de la igualdad
"Esta ley traerá justicia e igualdad",
sentenció la secretaria de Cultura Maria Miller, al término de una de las
sensiones más intensas que se recuerdan en la Cámara de los Comunes, comparable
con aquella otra del noviembre del 2011 en la que se votó sobre el referéndum
de pertenencia a la Unión Europea.
Como entonces, la rebelión la encabezaron una largo
centenar de diputado del ala dura de los 'tories', que han acusado esta vez al
propio Cameron de usar "tácticas orwellianas para forzar un masivo cambio
social y cultural".
Dos miembros del gabinete de Cameron –el titular de
Medio Ambiente Owen Paterson y el secretario para Gales David Jones- se
alinearon con la facción rebelde del Partido Conservador y votaron en contra de
la ley. La intervención más sonada en el frente del 'no' fue la del diputado
conservador Edward Leigh, abucheado sonoramente cuando defendió a toda costa
"la tradición" y dijo que "no todo en esta vida puede pasar por
el prisma cruel de la igualdad".
Manifestantes pro homosexuales en Londres
El líder de la oposición laborista, Ed Miliband,
sacó todo el partido posible a la división entre los conservadores y anunció
"con orgullo" su voto favorable. Miliband agradeció a Cameron el
valor de haber desafiado a su propio partido y haber contribudo "a este
paso importante a favor de la igualdad en Gran Bretaña".
"Soy un gran defensor del matrimonio y no
quiero que los homosexuales queden excluidos de esta institución", aseguró
Cameron en los preámbulos del debate. "Pero quiero ser totalmente claro:
si hay una iglesia, sinagoga o mezquita que no quiere celebrar bodas gays, no
se le podrá forzar a hacerlo".
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