No creo que los cardenales de la Iglesia Católica (o
el Espíritu Santo que les susurra el nombre en el Pentecostés del cónclave)
tengan como uno de sus objetivos complacer mis expectativas sobre las
características que ha de reunir un Papa. Yo mismo no tengo criterios claros,
después de todo no soy un periodista socialdemócrata ni tengo datos sobre el
pasado del Papa Bergoglio. Pero tampoco estoy dispuesto a ser el único
columnista español que aún no ha escrito su columna sobre el Papa, así que
pongamos manos a la obra.
Esa religión alternativa que es el progresismo tiene
su liturgia y un elemento significativo de la misma es la rápida
descalificación del nuevo Papa por no reunir las condiciones morales para ser
el jefe de la Iglesia. No importa que carezcan de fundamento; las descalificaciones
acompañarán al elegido hasta el fin de su papado. Recordarán las acusaciones de
nazismo precoz que acompañaron a Joseph Ratzinger y el apego al lujo que
delataban los zapatos rojos que calzaba, manufacturados por Prada, según ellos.
El mes pasado expliqué el asunto aquí, pero no sirvió de mucho, al menos
respecto al calzado. El 28 de febrero pasado seguía alimentando la leyenda un
medio, La Gaceta de Tucumán, al que en modo alguno se le puede calificar de
socialdemócrata. O sí, porque socialdemócrata es casi todo el mundo. La autoría
del calzado papal se ha complicado. Yo tenía por buena la versión de
L'Osservatore Romano que atribuía su confección a un especialista de Novara,
Adriano Stefanelli, pero también se le atribuye a un zapatero mexicano y a otro
peruano, un lío.
Quiero llamar la atención sobre los zapatos del Papa
Francisco, aquí a la izquierda. Parecen procedentes de un saldo de hace años en
algunos grandes almacenes. No creo que a
este asunto le puedan sacar mucha punta. Hombre, yo esperaba que Vicent
estableciera la pertinente comparación con sus prejuicios: "No calza de
Prada como el nazi", un suponer.
Lujoso zapato usaba Benedicto XVI
Así que no hay nada sobre los zapatos franciscanos,
pero en las primeras 48 horas ya le hicieron cómplice de Videla y del secuestro
de niños. "Deben haberse sentido muy decepcionados por la ausencia de
escándalos de pederastia clerical en la archidiócesis de Buenos Aires",
escribe pertinentemente Juaristi hoy en su columna.
Esos zapatos. No es que se me escape su significado:
el poverello de Asís, una iglesia más comprometida con los pobres; en fin, el
titular que pueden leer aquí mismo. 'Ut supra', escribiría, si no fuera por
temor a escribir mal el latinajo y causar una pobre impresión a nuestro gran
Belosti.
Modesto zapato usa el Papa Francisco
No acabo de estar de acuerdo. La liturgia es clave
para las cosas de la fe. Para un creyente no debe de ser lo mismo oír misa en
la catedral de Burgos que en unos de esos pabellones industriales que son las
iglesias modernas, tan minimalistas. Vale que el Papa quiera una iglesia para los
pobres, pero si yo fuera uno de ellos preferiría que el mecenas sea rico. Es
mejor que el patrocinador, el espónsor, sea adinerado, aunque sólo sea por
razones prácticas.
Bueno, no
estoy muy seguro de que esta lógica sea generalizable. Están los factores
subjetivos y en la lógica sindicalista de ahora mismo sólo hay un deseo más
fuerte que el de compartir las riquezas de los pudientes: conseguir que estos
se conviertan en pobres.
Por
SANTIAGO GONZALEZ/Tomado de su blog
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