Inmigrantes víctimas de ola de golpizas en Nueva Jersey


ENGLEWOOD — Una ola de golpizas contra inmigrantes en dos ciudades de Nueva Jersey, tiene preocupados a sus residentes, especialmente porque en una de ellas, la llegada de la primavera es sinónimo de la apertura de la temporada de ataques.

En un período de seis semanas, en la ciudad de Englewood, al menos siete hispanos fueron golpeados, robados o intentaron robarlos.

Según informaron las autoridades locales, los atacantes son grupos de entre seis a ocho afroamericanos, descritos como adolescentes o jóvenes, no mayores de 20 años.

El último ataque en dicha ciudad, ubicada a alrededor de 10 millas de Nueva York, se registró el pasado viernes —de acuerdo al detective capitán Tim Torell— en el que la víctima, fue empujado al piso y golpeado mientras se encontraba tirado en el pavimento. Le fueron sustraídos $50.

Los otros seis asaltos ocurrieron entre los meses de marzo y comienzos de abril.

Según la uniformada, la cifra de ataques podría ser más alta, pero debido a que las víctimas, en muchos casos son indocumentadas o hablan poco inglés, no denuncian a las autoridades por miedo a ser deportados.

De acuerdo al jefe de la policía Arthur O'Keefe, la investigación está dirigida a un posible vínculo con las iniciaciones de pandillas.

"No revisamos el estatus inmigratorio de ninguna víctima y tenemos policías que hablan español", recalcó O'Keefe.

Un caso similar se presentó en la localidad de Plainfield —el domingo 21 de abril— un hombre fue golpeado, por cuatro jóvenes afroamericanos alrededor de la media noche.

"Siempre que llega la primavera estamos con mucho miedo por las golpizas", dijo un jornalero de la calle Front.

Carmen Salavarrieta, directora de Ángeles en Acción de Plainfield, recordó que con la primavera "se inicia la temporada de ataques en Plainfield, como ha ocurrido durante la última década", por lo que advirtió a los residentes para que procuren no caminar por callejones oscuros.

El año pasado en Plainfield, fueron denunciadas por lo menos seis golpizas, sin embargo, Salavarrieta aseguró que "la cifra es mucho más alta, pero la gente no quiere denunciar por miedo a su estatus inmigratorio".

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