JB y “el chivito” de Azua

Hay quienes consideran una fábula más que una anécdota la vieja historia del chivito de Azua y la pregunta de Balaguer a su chofer: ¿Fue un chivo o un niño a quien chocaste...? La respuesta-- ¡fue a un niño, doctor!—la inscriben dentro de un propósito avieso para deshumanizar a Balaguer y presentarlo como el insensible que no era.

Aunque la pregunta tiene similar connotación cual que hubiera sido la respuesta.

Desde el sábado en que publiqué “la historia de la anécdota” estoy camino al patíbulo, pero antes de llegar al paredón debo hacer la debida aclaración...

No existe documentación, pero se atribuye la autoría de esa historia al presbítero Oscar Robles Toledano, que por muchos años escribió en El Caribe una cáustica columna con el seudónimo P.R. Thompson.

El padre Robles también fue un connotado editorialista anónimo de diarios.

Ellos dos trabajaron juntos en Educación, Balaguer como ministro; Robles, como viceministro.

Lo negó siempre

Públicamente el padre Robles lo negaba, aunque en su círculo más íntimo, y en peñas de intelectuales, filtraba la anécdota que provocaba risa y curiosidad.

Ambos eran funcionarios de Trujillo en 1957 cuando se sitúa la ocurrencia. Hay quienes dicen que el sacerdote acompañaba a Balaguer cuando se produjo el incidente.

Pero el presbítero decía que recibió la versión del chofer de Balaguer. También difieren las versiones sobre el choque del carro cuando transportaba al entonces ministro de Educación a la comunidad de Polo, en Barahona.

Todas las versiones concuerdan, sin embargo, en que Balaguer preguntó al chofer horas después del accidente con qué había chocado, si con un niño o con un chivo.

Casi 30 años después, en 1986, el escritor R. A. Font Bernard preguntó a Balaguer sobre la versión que se atribuía al padre Robles. Balaguer lo negó enfáticamente y lo atribuyó a “viejas inquinas” del sacerdote.

Font, con su gracia e inteligencia de siempre, hizo el cuento en una comparecencia en Hoy Mismo hace diez años, pero discrepó de la actitud que se atribuye al líder reformista: “... De haber ocurrido eso, el primero que se habría detenido a recoger el chivo era Balaguer”.

¿Y de haber sido un niño, qué habría hecho Balaguer?, le pregunté curioso.

“-También se hubiera detenido... pero creyendo que era un chivo”.

...Y la elección de Mondesí

El viernes cometí uno de esos errores de bulto que suelen traicionar la confianza en la memoria.

Dije que al pelotero Raúl Mondesí lo eligieron síndico de San Cristóbal con los auspicios de Leonel Fernández.

No... El culpable de tal herejía es Miguel Vargas, y quien lo postuló fue el PRD. Leonel y el PLD postularon y apoyaron al candidato José Montás, quien intentó la reelección en el cargo y fue derrotado.

La única culpa de Leonel, si es que ha tenido alguna, fue conquistar al síndico de San Cristóbal para el PLD y que apoyara a Danilo Medina en las pasadas elecciones.

Su frustración –la de Mondesí, por supuesto–, ha llegado después.

Ahora dice que ni el PLD, ni Danilo, ni Leonel cumplieron con lo prometido.

Y aunque no aclara en qué consistió “lo prometido”, lo que sí se sabe es que como síndico Mondesí es tan bueno como disciplinado en el beisbol.

El día menos pensado tiró bate, guante y pelota y se fue del play... ¡Hasta el día de hoy!




Por CÉSAR MEDINA

El autor es periodista

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