NUEVA YORK.- La presencia policial fue intensificada
ayer en el Parque Forest de Queens donde un sujeto atacó sexualmente a una
mujer, la segunda en menos de seis meses. Ahora, las autoridades ofrecen una
recompensa de US$22,000 por lo que parece ser un violador en serie.
El más reciente incidente ocurrió a plena luz del
día el pasado lunes 26 de agosto, alrededor de las 4:40 p.m. Según el informe
de la Policía, esta vez la víctima fue una mujer de 69 años, que trotaba por la
pista de carreras y a quien atacó primero con un arma de electrochoques
(Taser), la golpeó y la tiró al piso para violarla, a la altura de la calle 72
y el Union Turnpike.
De la misma forma fue atacada una mujer, de 23 años,
en marzo y la Policía no ha atrapado al sospechoso relacionado con ese caso.
Los dos individuos tienen los mismos rasgos físicos.
El sospechoso del ataque reciente fue descrito como
un hombre blanco, que mide entre 5'9" y 5'10"; tiene entre 30 y 40
años, el cabello color café y sin vello facial. En el momento del ataque vestía
una sudadera color negra.
Los visitantes al parque de 538 acres dijeron
sentirse atemorizados y ahora peor, al enterarse que no es la primera vez y que
no han atrapado al agresor del ataque de marzo.
"Me da temor, es peligroso andar sola",
dijo la mexicana Rocío Rivera quien visitaba ayer el parque junto a su esposo
Mariano y su pequeño hijo. Especialmente al saber que era el segundo caso.
Al enterarse del crimen, la salvadoreña Verónica
Moreno, insiste que es por falta de seguridad.
"Eso quiere decir que no es seguro… Este parque
debe tener más vigilancia, no se ve. Hoy veo los policías entregando folletos,
pero no es regular que estén aquí. La Policía debe tomar control de la
situación porque necesitamos venir al parque sin preocupación", indicó Moreno.
Lo mismo piensa María Virginia Franco, una
salvadoreña que vive en el área hace tres años y medio. Ella dijo que
usualmente hace caminatas por el parque, pero que siempre está acompañada de un
grupo de personas.
"El parque es grande y bonito, pero no tiene
seguridad. Creo que el agresor ya conoce su punto estratégico por donde pasa la
gente y se aprovecha de las que están solas", añadió Franco.
Una de las soluciones que propone la dominicana
Elizabeth Ferreira es caminar o trotar por las afueras del parque como ella lo
hace.
Según Taynee Fernández, una residente de ascendencia
puertorriqueña y dominicana, lo más preocupante es que no hay un tipo de mujer
específico al que ataca. "Parece que es a la mujer que vea más
vulnerable".
Por
GLORIA MEDINA/Edlp
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