Hace pocos días se difundió la noticia de que
Estados Unidos podría entrar en default por primera vez en su historia debido a
la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos. El debate está instalado
en el Congreso en torno a elevar o no el tope de la deuda que puede tomar el
país. Lo que sucede es que si el Congreso no aprueba el incremento de la deuda,
la primera potencia mundial no podría hacer frente a sus obligaciones, y según
lo informado por el secretario del Tesoro, Jack Lew, el plazo de vencimiento,
en el cual se desencadenaría esta situación, es el próximo 17 de octubre.
El default, que en caso de concretarse sería
inédito, podría ocasionar serias dificultades tanto en Estados Unidos como en
muchos otros países. Las principales consecuencias serían las siguientes:
- Suba de tasas de interés: el hecho de que un país
entre en default implica que es una economía riesgosa, y esto siempre se
correlaciona con una tasa de interés más elevada. De hecho, el riesgo país se
mide como la mayor tasa que se paga con relación a bonos que se consideran
libres de riesgo. El problema adicional es que las tasas de los bonos del
Tesoro de Estados Unidos son tasas de referencia consideradas como “libres de
riesgo”, por lo que la suba de dichas tasas afectaría a las de muchos otros
países.
- Al subir las tasas se produciría un encarecimiento
del crédito, lo cual afectaría a los millones de americanos que están
endeudados.
- Menores inversiones: todo país que entra en
default provoca una salida de inversiones debido al alto riesgo que implica
invertir en dicha economía y también debido a las mayores tasas de interés que
hay que soportar para financiarse.
- Caída del empleo: al subir las tasas y caer las
inversiones la actividad económica se resentiría y por lo tanto caería el nivel
de empleo.
- Volatilidad en la bolsa: los títulos públicos
americanos pueden sufrir una caída en su cotización debido al mayor riesgo que
se les asignaría y debido a una menor demanda que habría de dichos activos.
Adicionalmente, la caída en el nivel de actividad y la mayor turbulencia
financiera provocarían caídas en el valor de las acciones que cotizan en Bolsa.
Por otra parte, la salida de capitales de dicho país provocaría más volatilidad
en el mercado financiero internacional.
- Dólar: la debilidad de la economía americana
conllevaría a un debilitamiento del dólar, provocando una caída en su valor en
comparación con otras monedas.
- Comercio exterior: el menor nivel de actividad
económica disminuiría la demanda americana de productos del exterior, lo cual
impactaría negativamente en el comercio internacional.
En definitiva, un default de la economía americana
podría arrastrar al país a una nueva recesión y contagiar a diversos países,
pudiéndose llegar a una situación más delicada que la que se generó hace 2 años
con la crisis de las hipotecas subprime, donde Estados Unidos vivió una situación
similar que terminó provocando que por primera vez en la historia se le baje la
calificación de riesgo a su deuda. Por el bien de todos, esperamos que
prevalezca la coherencia en los políticos americanos para que finalmente se
termine arribando a un acuerdo que evite el default.
Por RUBEN MURRAY
Es contador público y magíster en Finanzas y Mercados de Capitales
Tomado de INFOBAE.COM
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