JOHANNESBURGO.- Sudáfrica ha vivido su primer domingo sin Mandela.
Era un día especial, el presidente Jacob Zuma había pedido a los sudafricanos
que llenaran hoy los templos para honrar a Madiba, y así ha acontecido en la
emblemática iglesia de Regina Mundi, enclavada en la barriada de Soweto.
Allí cientos de personas cantaban canciones
religiosas intercaladas con algún himno de los tiempos de la lucha contra el
apartheid. Se ha escuchado ese himno que dice que "cuando Madiba habla,
nosotros escuchamos". También allí había casi tantos feligreses como
periodistas. Increíble de nuevo el ejemplo de tolerancia y generosidad del
pueblo sudafricano que no protesta aunque le pongan una cámara frente a la boca
en el momento de tomar la comunión.
Y en esa mezcla, en la que por momentos los
periodistas convertimos en un circo las emociones, se ha vivido este primer
domingo sin el padre de todos en todo el país. Protestantes, católicos,
musulmanes o judíos, sin diferencia, rezando un adiós. Pero todo pasa y la
normalidad y rutina va ganado espacio. La vida sigue y el recuerdo comienza a
convertirse en algo festivo. Así se llora en esta tierra tan acostumbrada a
celebrar las derrotas.
En los hoteles, restaurantes y tiendas de la
barriada se exponen fotos y recordatorios a la vez que se van consumiendo ya
las velas encendidas desde hace casi 72 horas. En Soweto sí se ve una presencia
importante del CNA, sus colores, sus bufandas, recordando al mundo que el gran
héroe era un líder de su partido. En todo caso, hay una emoción contenida en el
pueblo que explotará el próximo martes, en el funeral que se celebrará en el
FNB estadio. Será allí donde Sudáfrica demostrará al mundo cómo se celebra
haber tenido el orgullo de perder a Nelson Mandela.
En la iglesia anglicana de Santa Cruz, situada en el
municipio Nyanga, el arzobispo anglicano Thabo Mokgoba, sucesor de Desmond
Tutu, recordaba así al padre de la nación: "Vuelva a casa, Madiba. Hiciste
de manera desinteresada todo lo que es bueno, noble y honorable para el pueblo
de Dios".
"Tengo sentimientos mitigados. Celebro y lloro
a la vez la vida de Tata (padre) Mandela. Por eso estoy hoy aquí", ha
declarado Tutu Phankisa, una de las asistentes de 49 años que ha comenzado a
llorar tras ver los retratos del Nobel de la Paz en la iglesia.
El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, instó a sus
conciudadanos a recordar al "hijo más grande de la nación" hoy, el
día nacional del duelo y del recuerdo, independientemente de su religión. En el
país habitan amplias comunidades judías, hindúes y musulmanes, además de la
cristiana.
La jornada de hoy marca el inicio de una serie de
ceremonias en recuerdo del líder sudafricano. Numerosos jefes de Estado ya han
anunciado su visita al país, que durante una semana proseguirá con los actos de
duelo y funerales.
El martes se celebrará la principal ceremonia en
recuerdo del ex mandatario en el estadio FNB de Johannesburgo, con capacidad
para más de 90.000 personas. Entre los asistentes figuran el secretario general
de la ONU, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su esposa Michelle,
así como el Príncipe Felipe y el presidente del Gobierno español, Mariano
Rajoy, y otros líderes mundiales.
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