NUEVA YORK.- Apenas dos días después de asumir como
el alcalde 109 de la Ciudad de Nueva York, Bill de Blasio rindió examen al
afrontar la primera tormenta de nieve de su mandato.
Temprano, el flamante alcalde se mostró paleando
nieve frente a su casa en Brooklyn—tarea a la que poco después se sumó su hijo
Dante—y a media mañana dio una conferencia de prensa en instalaciones del
Departamento de Sanidad.
Acompañado por el comisionado del área, John J.
Doherty, De Blasio pasó revista a los números de la limpieza: turnos de doce
horas de trabajadores que con 2,500 máquinas despejaron las 6,200 millas de
calles de la ciudad.
"Hubiera sido bueno poder charlar con el
comisionado antes de la tormenta", dijo De Blasio, "pero, bueno, hubo
que hacer las cosas sobre la marcha".
El nuevo alcalde estaba reconociendo lo obvio: con
menos de 48 horas en el cargo y con un comisionado nombrado en 2002, es indudable
que la respuesta al fenómeno metereológico fue posible gracias al esfuerzo
desplegado por la anterior administración, que puso las barbas en remojo luego
de su desastrosa respuesta a la tormenta del fin de año de 2010.
En aquella oportunidad, el entonces Defensor del
Pueblo fue un duro crítico del alcalde Michael Bloomberg. Hoy debe estarle
agradecido.
Fuente
ELDP
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