JERUSALEN.- Tras 85 intensos años en los que fue
temido, amado, odiado, marginado y aplaudido, Ariel Sharon vuelve a su casa
para siempre. El general "Arik" ha sido enterrado hoy en una pequeña
colina frente a su residencia de la Granja Shikmim, cerca de la Franja de Gaza.
El territorio palestino que, siendo primer ministro israelí, evacuó de soldados
y colonos en el 2005.
En ese montículo frente al rancho y con motivo del
funeral de su esposa Lily hace trece años, Sharon lloró en público por última
vez. Quizá también la primera de un influyente y controvertido líder que murió
definitivamente este sábado tras ocho años en profundo coma.
Ante el temor que grupos armados de Gaza disparen
proyectiles contra el sur de Israel durante el entierro aprovechando la
presencia de numerosos dirigentes israelíes y extranjeros, el ejército elevó el
estado de alerta situando una batería defensiva 'Cúpula de Hierro' cerca de la
casa familiar. Y, efectivamente, a los pocos minutos de finalizar el entierro,
dos proyectiles diparados desde Gaza cayeron en campo abierto junto a la ciudad
de Sderot.
Ceremonia
en el Parlamento
Antes de llegar a la tierra que definía como
"la raíz de mi fuerza" y ser homenajeado por el Estado Mayor del
Ejército en Latrun donde fue herido de gravedad en la famosa batalla de la
guerra de Independencia (1948), Sharon ha sido despedido esta mañana en una
ceremonia de Estado en la Knésset (Parlamento) en Jerusalén.
El acto ha contado, entre otros, con la presencia
del presidente Simón Peres, el primer ministro Benjamin Netanyahu, el
vicepresidente estadounidense Joe Biden, el ex primer ministro británico, Tony
Blair, el jefe del Gobierno checo, Jiri Rusnok, el ministro alemán de
Exteriores, Guido Westerwelle y el presidente de la Duma Sergei Naryshkin.
España está representada por el ministro español de Interior, Jorge Fernández
Díaz que estaba de visita oficial en Israel. "Teniendo en cuenta que
Sharon está ocho años fuera de actividad, se trata de una representación más
que digna", afirman desde Exteriores
"Descansa
en paz"
Peres se despidió de su viejo compañero de
generación y rival ideológico: "Arik, amigo, líder y comandante. Nos
despedimos hoy de ti, Arik, fuiste el hombro en el que se sostuvo la seguridad
de nuestro pueblo. La historia de tu vida está ligada a la historia de este
país y tu vida la dedicaste a Israel (...) descansa en paz, la tierra de la
viniste te abrazará ahora con grandes brazos de nuestra historia".
Netanyahu alabó la figura militar de Sharon
reconociendo que no siempre fueron aliados en la política. "No siempre
estuve de acuerdo con Sharon y él tampoco conmigo. Pero cuando él estuvo en mi
gobierno y yo en el suyo trabajamos por el bien de Israel", dijo antes de
añadir: "Era un líder de hechos y de un pragmatismo basado en el
sentimiento hacia su Estado y el pueblo judío".
En clara referencia al proyecto nuclear iraní,
Netanyahu dijo que "Sharon dio una gran importancia a las relaciones con
Estados Unidos pero supo estar firme en defensa de los intereses de seguridad
de Israel".
Tras expresar las condolencias de EE.UU y el
presidente Barack Obama, Biden ha destacado "la complejidad y liderazgo de
Sharon que tenía como único objetivo la supervivencia de su Estado".
"Cuando un país amigo como Israel pierde a alguien como Sharon, sientes
que has perdido a un familiar", ha dicho recordando el apodo de
'bulldozer' y "su coraje al ordenar en una decisión muy controvertida la
evacuación de 10.000 israelíes de sus casas por el futuro de Israel".
En la ceremonia íntima en Shikmim, no hubo discursos
de políticos. Sólo los representantes de sus dos familias: la biológica con los
dos hijos Omri y Gilad y la militar con el jefe del Ejército, Benny Gantz. En
su despedida, Guilad afirmó que su herencia en el ejército "es que hay que
acabar la misión y que no se pueden dejar tirados a tus compañeros
heridos" mientras Omri dijo viendo la tumba: "Observa papá a tu
alrededor cómo el pueblo te echa de menos y te agradece que les hayas defendido".
La tercera familia sería quizá la propia Granja
Shikmim. El lugar donde se reunía con sus principales asesores. Yohai,
agricultor, vecino y amigo de Sharon destaca que "prefería estar
trabajando la tierra que en el Parlamento". "Si no fuera por la guerra
del 48, Arik sería un agricultor más", dice.
"Muchos le recuerdan como el general o el
político pero yo me quedo con el estadista que dejó atrás las guerras militares
y políticas. Un líder que no dudó en jugarse el cargo para hacer lo que creía
tenía que hacer como la retirada de Gaza", dice a EL MUNDO su amigo y
director general de la oficina de Sharon en sus últimos dos años como primer
ministro.
El duelo en Israel contrasta con las muestras de
alegría de muchos palestinos que le consideraban "un asesino que debió ser
juzgado en La Haya".
"Primer ministro, ¿qué epitafio le gustaría en
su tumba?" Se atrevió a preguntarle un periodista del Canal 10. Sharon le
miró con una pequeña sonrisa y respondió: "No tengo prisas ¡eh!".
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