Familia colombiana perdió cinco niños por irresponsabilidad del conductor autobus
Categorias:
internacionales
BOGOTÁ, Colombia (20 Mayo 2014).- En un velorio quedó convertido el barrio Faustino Mojica, de Fundación (Magdalena), donde vivía la mayoría de los 32 niños que murieron incinerados el domingo en un bus que los transportaba hacia sus casas.
Por sus calles sin pavimentar solo se escuchaba el lunes el llanto. En una de sus casas, Ana, de 65 años, lloraba la pérdida de cinco niños de su casa: tres nietos (de 2, 4 y 5 años) y dos sobrinas (de 7 y 13 años).
Ella recuerda que el domingo, a las 8 de la mañana, un bus viejo pasó a recoger a cerca de 20 niños de casas vecinas para llevarlos a la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, en compañía de su hermana Rosiris Hernández, de 42 años, quien resultó herida en la tragedia.
En el Barrio Faustino Mojica 15 familias están de luto por la muerte de los niños que iban en el bus. Foto: Carlos Capella / EL TIEMPO.
|
Ella había convidado, el día anterior, a los niños de la cuadra para que asistieran a un culto especial.
“Mi hermana se congrega en esa iglesia desde que falleció su hija, el 16 de diciembre pasado. Ella cogió ir al culto para pasar el dolor con sus dos hijos”, contó Ana, quien aseguró que le extrañó que no fuera por los niños una buseta nueva, como siempre ocurría. (Lea además: Fueron varias las irregularidades del bus de la tragedia en Fundación)
Los menores fueron a la iglesia, en el barrio Altamira, que está en obra negra; recibieron enseñanzas de la Biblia, jugaron y tomaron refrigerio.
A las 11:30 de la mañana, comenzaron a regresar a sus casas en el bus, conducido por Jaime Gutiérrez Ospino, de 56 años. Cuando ya iba en el tercer recorrido, con 50 niños y tres adultos en el bus, ocurrió la tragedia, a solo dos cuadras de la iglesia.
El vehículo, que funcionaba con gas, se quedó varado y el conductor intentó inyectarle gasolina al carburador con una ‘pimpina’ que llevaba en el carro. Al encenderlo, se produjo una chispa y esto provocó el incendio.
Una cruz en el sitio
Residentes del municipio de Fundación realizaron un homenaje a los niños muertos en el lugar donde ocurrió la tragedia. Foto: REUTERS
|
En el barrio Faustino Mojica se enteraron del accidente a las 12:30 del día porque uno de los niños, que logró salvarse porque se tiró por una ventana, llegó con las manos en la cabeza y el cabello chamuscado diciendo que el bus se estaba quemando. (Lea además: Conductor y religioso que contrató buseta, a responder por tragedia)
“Nosotros arrancamos a correr y cuando llegamos el bus estaba en llamas. Aquí no quedó nadie; todos salieron a darse cuenta del accidente, pero no se pudo hacer nada. Cuando el bus estaba botando humo me metí adentro y vi a mi sobrina con los pelaítos abrazados”, contó Ana, con la voz ronca de tanto llorar.
El lunes, en el sitio de la tragedia, cerca del estadio de fútbol y a un costado de la vía que conduce de Fundación a Valledupar, colocaron una cruz de madera, rodeada de varios arreglos florales, y había unos zapatos de niños que encontraron entre las cenizas. (Vea: Bus incinerado 'había culminado su vida útil para el servicio público')
Mientras tanto, en la Biblioteca Municipal de Fundación, Alexánder, padre de dos de los nietos de Ana, se lamentaba por la muerte de sus pequeños, que habían asistido por primera vez a la iglesia.
“Ya no voy a ver a mis hijos en mi casa. Yo estaba en el monte cuando eso pasó; a mí me llamaron y cuando vine encontré el carro ya quemado y los niños adentro. Si hubiera estado ahí, mis hijos no se mueren, me hubiera muerto yo primero”, dijo bañado en lágrimas.
En ese lugar se congregaron los familiares de los niños fallecidos, que viajaron a Barranquilla para identificar los cadáveres en Medicina Legal.
Antes de abordar los dos buses contratados por la Alcaldía Municipal, que salieron a las 11:30 de la mañana, un grupo de psicólogos y funcionarios del Bienestar Familiar les daban apoyo en uno de los salones.
En ese lugar, Jorge Luis, padre de un niño de 7 años, trataba de consolar a su esposa, que no paraba de llorar.
La menor de sus tres hijos tenía apenas dos domingos de estar asistiendo a la iglesia porque una ahijada suya, de 14 años, que participa en el culto, la llevó.
El hombre contó que a la niña le gustaba ir porque estaba con otros niños de su edad y se entusiasmaba con las alabanzas.
“Nunca dejaba salir a mis hijos solos y no sé qué me pasó, fallamos ahí. Desafortunadamente, el destino me quitó a un ser muy querido. Le pido a mi Dios que me dé fortaleza para seguir luchando por mis hijos”, dijo.
Duelo nacional
Por medio del decreto 915 del 19 de mayo de 2014, el presidente Juan Manuel Santos ordenó tres días de duelo en todo el territorio colombiano e izar el pabellón nacional a media asta.
"Esto no es una tragedia únicamente de las familias de los niños y niñas que perecieron en el siniestro, sino un hecho doloroso que ha conmovido a toda la ciudadanía y que ha puesto de luto a Colombia entera" precisó el ministro del Interior, Aurelio Iragorri Valencia.
No hay comentarios.: