Aunque su familia protagoniza uno de los realities
más famosos de la televisión, Kim Kardashian parece haberse replanteado su escala
de prioridades, por lo que quiere manejar su matrimonio con el rapero Kanye
West de una forma muy diferente a como lo hizo con su anterior unión con el
deportista Kris Humphries, comenzando por no vender la exclusiva de su enlace
-que se celebrará este sábado en Francia- a los medios.
Pese a que su segunda boda supuso un negocio muy
lucrativo para Kim Kardashian, al negociar un acuerdo de 1,5 millones de
dólares con la revista People por las imágenes de la celebración y recibir
300.000 dólares por anunciar en exclusiva su compromiso, la estrella no se ha
dejado tentar en esta nueva ocasión por las diferentes ofertas que ha recibido
y que rondarían el millón de dólares. Si bien, queda por ver si su enlace con
el rapero volverá a ser registrado por las cámaras de su programa familiar,
'Keeping Up With The Kardashians'.
"Kim espera manejar todo el asunto de su boda
con Kanye de una forma más privada. Existe un interés inmenso en torno a la
boda y el vestido que llevará, y ella es sin duda la chica más famosa del
mundo. Entiende el concepto de publicidad, pero vender de nuevo las fotografías
de su gran día, después de lo que ocurrió con su última boda, no es la mejor
manera de hacer las cosas, y lo sabe", aseguró una fuente a la columna
'Confidenti@l' del periódico New York Daily News.
Sin embargo, Kim Kardashian podría llegar a
replantearse su decisión a condición de conseguir un acuerdo lo suficientemente
jugoso y que le reportase beneficios mayores de los que consiguió en la
anterior ocasión.
"Si cualquier otra celebridad hubiese estado
casada únicamente durante unos meses [72 días] como ella hizo con Kris, después
de vender un especial de dos horas a un canal televisivo, nunca podría volver a
conseguir una suma parecida. Pero Kim sigue haciéndose más y más grande. Si
decide vender en exclusiva las fotos de su gran día, será por más dinero que la
última vez", añadió.
Pero por el momento no parece posible que algo
parecido vaya a suceder porque, tras protagonizar la portada del número de
abril de la edición estadounidense de Vogue junto a su prometido Kanye West,
Kim Kardashian solo confiaría en la prestigiosa revista para publicar las
imágenes de su unión con el rapero, considerando cualquier otra opción de
"mal gusto".
"Vogue jamás pagaría por las fotos. Esa revista
es la biblia de la moda, y una vez que Kim aterrizó en la portada, quiere
olvidarse de todas las demás portadas que ha protagonizado. La ironía es que
son todas las publicaciones semanales en las que ha aparecido las que le
lanzaron a la fama. Y ahora no puede hacer negocios con ellos, porque sería
considerado de 'mal gusto'", concluyó una fuente de la publicación
mencionada anteriormente.
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