VENECIA (06 Junio 2014).- El método es viejo -inflar
los costes de una gran obra pública mediante facturas falsas para engrasar la
insaciable maquinaria de la corrupción-, solo cambian los actores y el
escenario.
El alcalde de Venecia, Giorgio Orsoni (del Partido Democrático del
primer ministro Matteo Renzi), y otras 34 personas, entre las que destacan un
consejero regional, varios empresarios, un juez del Tribunal de Cuentas y hasta
un general jubilado, fueron arrestadas acusadas de diversos delitos de
corrupción, malversación de fondos y lavado de dinero en relación con la
construcción del proyecto Moisés, un sistema compuesto por 78 grandes
compuertas para salvaguardar la laguna y la ciudad de la elevación del nivel
del mar. La fiscalía ha cursado también al Parlamento la petición de arresto
del diputado Giancarlo Galan, expresidente de la región del Véneto y dos veces
ministro en los gobiernos de Silvio Berlusconi. Galan habría recibido varios
millones de euros del Consorcio Venecia Nueva -las empresas adjudicatarias del
proyecto Moisés- desde 2005 a 2012.
En palabras del fiscal adjunto de Venecia, Carlo
Nordio, el sistema de sobornos para obtener contratos “recuerda mucho al de la
vieja Tangentopoli [la corrupción generalizada que en los años 90 desencadenó
en Italia la operación judicial Manos Limpias], incluso aparecen personajes de
aquella época, pero esta vez el sistema es mucho más sofisticado”. Las
detenciones -de las que 25 terminaron con los imputados en prisión y las otras
10 en arresto domiciliario- son la consecuencia de una investigación que comenzó
hace tres años y que el pasado mes de febrero provocó la detención de Giorgio
Baita, exconsejero delegado de Mantovani, una de las empresas constructoras del
proyecto Moisés, y tres de sus colaboradores. Si ya entonces se sospechaba que
“el fondo negro” sustraído y enviado al extranjero -principalmente a Suiza y a
San Marino- estaba destinado a comprar favores políticos, ahora ya los fiscales
no tienen dudas y así lo detallan en un escrito de acusación de 711 páginas.
Según el relato del fiscal Nordio, “las empresas del
consorcio crearon un sistema de facturas falsas con efectos directos en los
ciudadanos, pues son ellos quienes a fin de cuentas han debido pagar el dinero
del fondo negro. Inventaron la sobrefacturación de sumas pagadas a falsos proveedores”.
Orsoni vive en un antiguo palacete a orillas del Gran Canal, justo enfrente de
Ca' Farsetti, un palacio construido en el siglo XIII que es la sede del
Ayuntamiento de Venecia. Según el fiscal adjunto, a Giorgio Orsoni, alcalde
desde 2010, se le acusa de uso indebido de fondos públicos para la financiación
de partidos políticos y corrupción: “Es doloroso verificar que haya hecho uso
del dinero público para pagar campañas políticas y para fines personales”. A
los 35 imputados se les acusa de corrupción, malversación de fondos y lavado de
dinero en la gran obra de ingeniería Moisés, que pretende salvar la ciudad del
“agua alta” del Adriático los próximos 100 años. El proyecto, que se inició en
2007 y tenía 2014 como fecha prevista de conclusión, no se terminará -al menos-
hasta 2016. La inversión inicial, de 10.000 millones de euros, se ha
quintuplicado.
El nuevo caso de corrupción se produce solo unas
semanas después de que las obras para la Expo de Milán se viesen también
salpicadas por las malas prácticas que, como ya advertía recientemente Antonio
Iovine, uno de los exjefes de la Camorra que ha decidido colaborar con la
justicia, no distingue colores políticos. 'Generalmente', explicaba, 'a mí me
daba igual quién fuera el candidato a alcalde, en el sentido de que cualquiera
que ganara entraba automáticamente a formar parte del sistema gestionado por
nosotros'. En el caso de Venecia, son varios los altos cargos del PD detenidos,
entre los que destaca, además del alcalde, el consejero regional Giampiero Marchese.
De Forza Italia, además del diputado Galan, ha caído el asesor regional Renato
Chisso y la exeurodiputada Amalia Sartori.
Se trata, de nuevo, del habitual entramado de
intereses de ida y vuelta entre políticos y empresarios corruptos aprovechándose
de los fondos públicos de una obra faraónica y muy contestada en la ciudad,
tanto por las dudas sobre su eficacia como por el impacto en el medioambiente.
Un sistema de corrupción tan arraigado que va del centroizquierda al
centroderecha de la política italiana, del norte al sur del país.
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